La Federación Regional de Organizaciones Empresariales de Transporte de Murcia (Froet) exigió que se aumente la seguridad en las áreas de descanso en toda Europa, y en especial en Francia, ante el recrudecimiento de los asaltos a camiones que se dirigen al Reino Unido, para lo que las mafias están empleando métodos cada vez más audaces.
Y es que, el número de asaltos a los vehículos se está incrementando en las últimas semanas, dejando a los transportistas completamente desprotegidos, pese a las medidas de seguridad de las empresas han adoptado para evitar precisamente que los polizones se cuelen en los camiones: sensores de apertura de puertas, sensores volumétricos que detectan la presencia humana en el interior, cerraduras especiales o precintos, entre otras.
De hecho, en un vídeo grabado en fechas recientes, se observa cómo varios polizones escapan por la parte superior de un remolque frigorífico, al que habían logrado introducirse abriendo un rudimentario boquete en el techo, ante la perplejidad de los camioneros que estaban estacionados en la zona, que no daban crédito de lo que estaban viendo.
El secretario general de Froet, Manuel Pérezcarro, explicó que las empresas de transporte que circulan con destino al Reino Unido están teniendo de nuevo “enormes problemas” con los polizones, ya que aprovechan que no existen áreas de descanso seguras o aparcamientos que garanticen la seguridad del vehículo y de su mercancía.
En este sentido, comentó que las empresas asociadas a Froet “ya no saben lo que hacer, porque están parando muchos kilómetros antes para que no se sepa el destino que lleva ese vehículo”, y se mostró convencido de que por el cariz del último asalto del que se tiene conocimiento, con una veintena de polizones implicados, el papel de las mafias es claro “porque se necesita la colaboración de gente externa para poder acceder al techo del camión”.
En su opinión, “esto no hubiera ocurrido si hubiera en toda Europa y en España áreas de servicio seguras, donde se eviten estas situaciones, en las que el pagano es el propio transportista, que se ve completamente desamparado”.
TESTIGO Y VÍCTIMA. “Desgraciadamente, el sector del transporte de mercancías por carretera es testigo, víctima y sufridor directo de este drama humano”, apuntó Pérezcarro, quien explicó que, en estos casos, el conductor suele quedar detenido y el vehículo inmovilizado, ocasionando “una angustia a los camioneros, que se ven impotentes y temen que les pueda pasar a cualquiera de ellos”.
A esto, habría que añadir las pérdidas económicas, ya que los propietarios de las mercancías rechazan la totalidad de la carga transportada desde el momento en que se hayan subido polizones al interior de los camiones, lo que ocasiona graves perjuicios que pueden llegar a alcanzar los 25.000 euros por viaje, en productos como la lechuga o el brócoli.
Además, son muy pocas las compañías de seguros cubren los riesgo derivados de la presencia de polizones en los camiones y, las que sí lo hacen, suelen tener limitada la indemnización a un máximo de 6.000 euros, o incrementan sustancialmente el importe de la prima del seguro si se quiere aumentar la cobertura.