El segundo capítulo del 'serial' de la España ingobernable se saldó como era previsible: con pocos ganadores, muchos perdedores y un panorama si cabe aun más enrevesado y con un mapa de pactos poco claro. En la fría noche del 10 de noviembre, en muy pocas sedes de los partidos políticos se descorchó champán -y menos cava catalán-, salvo en la de Vox, rotundo vencedor de la velada; y quizá en Génova 13, sede del PP de Teodoro García Egea que, pese a que avanzó considerablemente, sigue muy lejos de la victoria y sin ninguna posibilidad de mandar a su líder, Pablo Casado, a La Moncloa.
Mucha más grande es la lista de damnificados de una cita electoral que, al margen de ciudadanos y empresas atenazados por un año largo de parálisis política, deja a Albert Rivera, (por ahora) líder de Ciudadanos al borde del precipicio tras un sideral batacazo que le ha hecho perder dos millones y medio de los cuatro millones de votos que sacó hace apenas seis meses. Tampoco tiene motivos para la sonrisa el institgador de este proceso, Pedro Sánchez, quien, tras perder casi un millón de votos, ve como se le escapan 3 de los 123 escaños que cosechó el 26-M. Tampoco le fue mucho mejor a Pablo Iglesias, que se dejó siete sillas por el camino, aunque éstas no fueron al nuevo partido de su ex-amigo Iñigo Errejón, quien entra en el Congreso de los Diputados, pero lo hace por los pelos y muy lejos de sus optimistas previsiones.
En un panorama a un más enrevesado y disgregado, las cuentas no salen ni por la derecha ni por la izquierda. Si Pedro Sánchez quiere seguir en La Moncloa tendrá que echar mano del 'totum revolutum' nacionalista (o lograr una improbable abstención del PP). En cuanto al bloque de la derecha, la debacle de Ciudadanos hace estéril el estirón de PP y Vox, por lo que está aun más lejos de gobernar que en abril.
LA REGIÓN DE MURCIA 'PÎENSA EN VERDE'. La Región de Murcia constituyó una de las sorpresas de la jornada, al ser el único territorio autonómico donde Vox resultó la fuerza más votada. En los siete meses que han pasado entre el 28-A y el 10-N el partido liderado a nivel nacional por Santiago Abascal y que ha tenido en la ex-popular Lourdes Mendez a su cabeza de cartel, ha pasado de ser la cuarta fuerza en apoyos a ser la primera.
El pasado 28 de abril, el partido ultraconservador sacó 143.234 votos, por detrás de Ciudadanos, Partido Popular y PSOE. Ahora, se ha quedado a 60 votos de los 200.000. No obstante, y por mor del sistema D'Hont que premia más el voto urbano que el rural, Vox se tuvo que conformar con los mismos 3 escaños que logran PP y PSOE, pese a sacarles 11.000 y 23.000 votos. Por su parte, Podemos salvó los muebles y Sánchez Serna conservará su empleo como diputado nacional a las órdenes de Pablo Iglesias.
Espectacular resultó el batacazo de Ciudadanos en la Región. La formación, que volvió a confiar en Miguel Garaulet para encabezar el boleto electoral, pasó de 150.289 votos el 28-A a 52.967 este domingo. Es decir: dos de cada tres votantes 'naranjas' se quiedaron en casa o apostaron por Vox o PP.
EL SENADO. En cuanto al Senado, El PP se llevó la victoria con claridad en la Región de Murcia. De los cuatro escaños en juego, el Partido Popular logró una rotunda victoria y se llevó 3 (2 logró el 28-A), mientras que el cuarto se lo anotó Vox. Esto deja sin hueco en la cámara de representación territorial al PSOE, que en los anteriores comicios logró dos.
A nivel nacional, el PSOE logró la victoria con 92 senadores frente a 83 populares. Curiosamente, la tercera fuerza en el Senado es Esquerra Republicana de Catalunya (11), mientras el PNV será la cuarta fuerza con 9. En la Cámara Alta, Vpx se queda con 2 representantes (uno de ellos murciano) mientras que Ciudadanos, que tenía 4, se queda sin presencia.