El servicio de estudios económicos de la CROEM ha presentado una nueva edición de su Boletín de Coyuntura Económica. En él constata que los nubarrones de los que la Patronal venía avisando desde hace meses ya están aquí, y que ahora el reto es gestionar los factores que condicionan el desenvolvimiento de la economía murciana. Además, deja un reproche a las Administraciones: "Se podía haber hecho más de lo que se ha hecho".
De esta manera, según la Patronal, "la economía de la Región de Murcia mantiene un pulso favorable en los nueve primeros meses del año. En particular, el crecimiento del PIB se mantiene vigoroso, si bien a tasas ligeramente más bajas que en el pasado reciente. Puede hablarse por tanto de una pequeña desaceleración del ritmo de crecimiento económico, de una adaptación a tasas de avance todavía positivas, pero más moderadas, más propias de una fase madura del ciclo económico que de la inminencia de una nueva crisis".
Entre otros factores explicativos, se pueden citar una irregular campaña agrícola (muy condicionada por factores climatológicos) y un parón en la construcción residencial debido a importantes cambios legislativos. Eso sí, equilibran la balanza la fortaleza que muestran los sectores industrial y terciario, respaldado este por un balance satisfactorio de la temporada alta turística.
Quizás sea el avance de este último el que esté facilitando que se siga creando empleo a tasas consistentes -Murcia se mantiene entre las regiones punteras- pese a la citada desaceleración económica, circunstancia poco habitual en una fase del ciclo como la actual. En todo caso, no se pueden obviar los riesgos crecientes que se ciernen sobre el horizonte próximo. Algunos son externos, como las dudas en la resolución del Brexit y el debilitamiento del comercio global por las crecientes barreras arancelarias. Otros, en cambio, tienen un origen interno, como ocurre con el déficit hídrico estructural, la insuficiencia de infraestructuras o el deterioro de Mar Menor. "De la gestión que se haga de los mismos dependerá que la citada desaceleración sea más o menos aguda", sentencia la Patronal.
Para la CROEM, "el entorno global es ahora más sombrío que antes de verano, como revela la progresiva pérdida de optimismo de los empresarios". De hecho, desde hace ya más de dos años, la Confederación viene anunciando la existencia de riesgos crecientes que, a medio plazo, podían condicionar el crecimiento económico, tanto en el ámbito nacional como en el regional. "Ahora estos son casi una realidad, y queda la sensación de que se ha hecho menos de lo que se podía y se debería para amortiguar el golpe", denuncia la entidad presidida por José María Albarracín.
A todo ello se suma además la persistencia de dudas sobre la política económica venidera. Soplan pues vientos de ralentización en tiempos de incertidumbre, dos elementos que hacen mala mezcla. No estaría de más sembrar negociación y moderación en el segundo, para recoger resiliencia en el primero.