El sector agrario se manifiesta por las calles de Murcia para lanzar “el último grito a la desesperada” y reivindicar unos precios más justos y mejores condiciones para evitar la desaparición del sector y acabar con los “abusos de la distribución” y la competencia desleal.
Miles de agricultores de toda la región (unos 7.000 según los convocantes, sin cifras aún oficiales) se han concentrado desde las 10 de la mañana a las puestas del Palacio de San Esteban, sede de la presidencia del Gobierno autonómico y la manifestación, que estaba prevista para las 11, ha arrancado con más de 40 minutos de retraso porque, según ha explicado Miguel Padilla, de COAG, la asistencia de personas y, sobre todo, de tractores, ha desbordado todas las expectativas.
Así, unos 400 tractores han abierto la protesta circulando por la Gran Vía, donde los manifestantes han tenido que esperar más de una hora para avanzar tras ellos hasta la sede de la Delegación del Gobierno central en Murcia.
La protesta, convocada por las organizaciones agrarias COAG, Asaja y UPA, forma parte de las que se están desarrollando desde hace semanas en todo el país para exigir mejoras para este sector, que se siente maltratado por los bajos precios que cobran en origen, y que no se corresponden con los que el consumidor paga por esos productos.
Para Padilla, estas protestas son el “último grito de la agricultura a la desesperada”, puesto que los productores soportan “precios penosos” e “imposibles de soportar”, dado que los costes de producción se sitúan por encima de las ganancias. En su opinión, esta situación “no tiene retorno” y es imprescindible darle una solución “sí o sí” por la “dignidad de la profesión” agraria.
Alfonso Gálvez, de Asaja, ha reiterado las quejas por los altos costes de producción y los “abusos continuos” que han llevado al sector agrícola y ganadero a una situación “crítica” por la “falta de rentabilidad” de las explotaciones. Entre las exigencias del sector, ha destacado la de un mayor control de las prácticas abusivas de la cadena de distribución y de las “desorbitadas” tarifas a los regadíos, así como mayores controles en frontera.
Desde UPA, Marcos Alarcón ha destacado la “unidad de acción” del sector en toda España, lo que ha logrado que la movilización sea una protesta “transversal” de la que toda la sociedad ha tomado conciencia de la necesidad de defender a un sector que genera “futuro, economía y empleo”.
Junto a ellos, en la pancarta central, con el lema “Sin agricultores y ganaderos, ¿qué comeremos?”, se han sumado en torno a una veintena de entidades, como Proexport, Fecoam, Ucomur, el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS) o los sindicatos UGT y CC.OO., entre otras, y todos ellos han destacado el éxito rotundo de la convocatoria por encima de lo esperado.
El presidente de Proexport, Juan Marín, ha destacado el “clamor general” de la sociedad que “demasiados años a mirado a otro lado” y por fin se hace eco de la necesidad de no abandonar a los agricultores porque, de otro modo, España acabará por tener que importar esos productos que ahora cultiva y vende al exterior.
El presidente de Fecoam, Santiago Martínez, ha reivindicado un “sueldo digno” para los trabajadores del campo, al tiempo que ha destacado que a los agricultores murcianos, además de los problemas generales que afectan al resto del país, les atacan otras amenazas como el brexit, los aranceles de Estados Unidos o el veto ruso, para los que ha pedido soluciones por parte de las administraciones.
A esa lista, el presidente del SCRATS, Lucas Jiménez, ha sumado también el déficit hídrico que sufre la región, con los sobrecostes que ello genera, ya que los agricultores pagan por el agua desalada el mismo precio que empresas o ayuntamientos, lo que aumenta aún más los costes de producción de los productos.
Desde CC.OO., Santiago Navarro ha querido poner el acento en la defensa de los 110.000 trabajadores del campo que tiene la Región de Murcia y ha insistido en que hay margen para que todos los eslabones de la cadena de producción tengan un margen de beneficios sin tener que subir los precios al consumidor final.
Por su parte, Antonio Jiménez, de UGT, ha criticado la “presión y especulación” a la que está sometida el sector por parte de las distribuidoras, para lo que ha pedido una “respuesta normativa” capaz de atajar esa situación y devolver al campo una situación digna, puesto que es un sector “estratégico” para toda la sociedad.