viernes. 10.05.2024

Paralizar el trasvase Tajo-Segura acabará con 40.000 empleos en el Campo de Cartagena, según las estimaciones de la Comunidad de Regantes de esa comarca, cuyo presidente, Manuel Martínez, alerta en un comunicado de las consecuencias económicas de una potencial reconversión de los cultivos a secano si se materializa la hoja de ruta del Ministerio de Transición Ecológica para acabar con el trasvase Tajo-Segura.

 

“El trasvase Tajo-Segura es el pilar fundamental y necesario para el desarrollo agrícola del Campo de Cartagena”, explica Manuel Martínez, quien alerta de las consecuencias "catastróficas" que acarrearía la reconversión de regadío a secano.

 

El presidente de la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena recuerda el “impacto positivo” que supuso la conversión de secano a regadío del Campo de Cartagena, y subraya: “tenemos uno de los regadíos más tecnificados y productivos del mundo con una importante industria agroalimentaria asociada”, además de liderar un sector "potenciador de las exportaciones nacionales y dinamizador de la actividad social del entorno, que, a su vez, ayuda a fijar población en los territorios”.

 

Por ello, “la reconversión de cultivos a secano tendría consecuencias catastróficas para la agricultura de la zona y para el bienestar de la población”, augura el presidente de la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena.

 

Por su parte, el catedrático de Agricultura Sostenible de la Universidad Politécnica de Cartagena, Juan José Martínez, explica que la interrupción de los envíos de agua del Tajo al Segura supone llevar al regadío a una situación insostenible, y reivindica la agricultura del Campo de Cartagena como una de “las más rentables y competitivas de España”. Sin embargo, “existe un claro desequilibrio entre la oferta de recursos hídricos y la demanda de la comarca”, denuncia.

 

El catedrático sostiene que los recursos hídricos del Campo de Cartagena proceden de fuentes de diversa calidad, siendo las aguas del trasvase “las más adecuadas” ya que las aguas desaladas, subterráneas y procedentes de depuradoras de aguas residuales “presentan una alta conductividad eléctrica que no las hace aptas para el riego”.

 

“La mezcla de aguas del trasvase con aguas desaladas evita posibles problemas agronómicos por el uso de estas últimas y permite que el coste final para el agricultor sea más asumible que si solo empleara agua salinizada”, detalla. En ese sentido, el experto en Agricultura Sostenible asegura que el uso del agua del trasvase es más eficiente para la actividad agrícola. “El consumo de energía es cuatro veces superior si se utiliza agua salinizada”, subraya.

El fin del trasvase Tajo-Segura supondrá la pérdida de 40.000 empleos