Estamos y seguiremos estando rodeados de pequeños y grandes cambios de hábitos sociales, económicos, tecnológicos, de creencias y valores a toda velocidad. Estas circunstancias deberían facilitar la toma de decisiones tanto personales como profesionales, per a veces no podemos evitar tomar decisiones erróneas, que atacan directamente a nuestra credibilidad y competencias, poniéndonos en situaciones de debilidad frente a otros competidores. Llamamos crisis a los sucesivos cambios que no hemos visto venir, muchas veces por no habernos formado para captarlos y dominarlos, obviando que la formación actua como las dioptrias que no nos permiten ver las letras pequeñas que exigen los cambios.
Por esta razón, una vez más, os invito a reflexionar, aprender y debatir sobre qué valores, como líderes de nuestras empresas, debemos desaprender del olvidado mercado de demanda, y cuales aprender del nuevo, veloz, competitivo, tecnológico, mediártico y global mercado de oferta, donde ni las preguntes ni las respuestas que dominábamos en el mercado de demanda nos sirven.
Si de verdad deseamos saber y, en consecuencia, compartir con nuestros profesionales orientándolos a las sumas de las excelencias, a la innovación continua, a las nuevas herramientas tecnológicas, a las nuevas exigencias de los clientes, a su personalización, y a la creación de productos de ocio, porque sin ocio no hay negocio turístico, para que todos quieran, sepan y disfruten actuando como verdaderos anfitriones, vendedores proactivos y polivalentes, para conseguir satisfacer, sorprender, vender, fidelizar y reconvertir a nuestros clientes en proactivos recomendadores, que potencien nuestra marca, porque sin una marca potente sólo obtendremos precios de subasta.
En definitiva, una fantástica ocasión para volver a dialogar, compartir, parándose a pensar para ser autocríticos positivos con humor para ayudar a crecer nuestros recursos personales y profesionales.
¡Con esta ilusión allí nos encontraremos!