“La creatividad es el poder de conectar lo aparentemente desconectado”
William Plomer
Ser creativo no es ser ingenioso, ni extrovertido, ni gracioso, ni cool, ni manejarse con la tecnología, ni siquiera tener muchas ideas. Ser creativo, y trabajar como tal, es algo muy serio. Exige disciplina, esfuerzo, trabajo duro, rigor, pasión, constancia y la sólida decisión de hacerlo mejor cada día. Ser creativo es más duro de lo que muchas personas creen.
Personalmente entiendo la creatividad como una disciplina profesional. Porque sin profesionalidad nunca serás un buen creativo. Y porque sin disciplina no hay forma de trabajar al máximo nivel.
Durante toda tu vida vivirás para ser creativo, tu cabeza dará vueltas sin parar buscando esa idea brillante, con colegas tan buenos o mejores que tú, con directores creativos, con nombres internacionales en tus contactos, con briefings reales de productos reales para trabajos reales, con agencias y creativos de primera línea.
Vas a invertir muchas horas y muchas neuronas en cada idea y campaña. Vas a sudar, a bloquearte, a explotar, a buscar y a encontrar, a darle la vuelta, a terminar y volver a empezar mil veces, a sufrir, vas a gritar de rabia y de alegría.
Ser creativo no es fácil, y encontrar la idea perfecta tampoco. Todo eso y más cuesta convertirse en un profesional de la creatividad.
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