jueves. 28.03.2024

 

Gracias a la financiación de un proyecto del Ministerio de Economía y Competitividad se ha realizado una investigación que analiza la presencia de mujeres en las empresas españolas para la etapa 1886-1936. Aproximadamente un 10% de todas las nuevas sociedades creadas tenían alguna mujer entre los socios fundadores. Esta cifra es similar a la que existía en otros países occidentales cuando tenían un grado de desarrollo industrial similar. Por ejemplo para las zonas urbanas europeas de finales del XIX otras investigaciones también apuntan que aproximadamente uno de cada diez negocios estaban en manos de mujeres. Y de hecho hoy en la propia Unión Europea se maneja también una cifra de 10% para hablar del emprendimiento femenino. ¿Acaso se trata de un “techo de cristal”? “Hoy todavía existe un elevado porcentaje de mujeres que son parte fundamental de la empresa familiar, pero que no figuran en ningún documento, y su trabajo es considerado una mera ayuda, sin ningún reconocimiento”, señala Susana Martínez-Rodríguez, profesora de Economía Aplicada y autora del estudio.

 

Los resultados de la investigación muestran que a pesar del limitado desarrollo, España contaba con un contexto legal, que sin propiciar de forma consciente la presencia de las mujeres en las empresas, contaba con factores institucionales que propiciaban la entrada de las socias. El estudio apunta a dos elementos claves:

 

- Las mujeres no estaban excluidas de las leyes de herencia: podían heredar propiedades inmuebles.

 

- El régimen de gananciales, por el que los dos conyugues poseían al 50% los bienes adquiridos durante el matrimonio, hacía que la viuda tuviera un papel clave tras la muerte del marido para mantener el capital de la empresa familiar.

 

El estudio basado en la información de 15 registros mercantiles de toda España también permite analizar las características de las socias de las empresas: su estado civil, las relaciones de parentesco con los otros socios de la firma, el tipo de actividad empresarial.

 

Investigaciones de este tipo ponen a disposición de la clase político y los responsables de la toma de decisiones de las políticas herramientas que le permiten un conocimiento más profundo de la realidad en una perspectiva de largo de plazo y transversal.

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