sábado. 20.04.2024

Rectificar es de sabios

/img/periodico/img_7307.jpg

 

Existe una frase célebre del poeta británIco Alexander Pope que dice: “Errar es humano, perdonar es divino y rectificar, de sabios”. Corregir nuestros errores va a ayudarnos a establecer relaciones sanas  y que la gente nos respete y nos tenga en cuenta.

 

Ser influyente entre amigos y compañeros no solo tiene que ver con gustar, agradar, ser inteligente, tener bagaje o dinero. Ser influyente significa ser amable, afable, ser buena persona y eso se consigue muchas veces en aceptar que no somos perfectos.

 

Nosotros somos a veces demasiado duros con nosotros mismos, criticando nuestros actos, nuestros errores... otras veces, sin embargo, nos cuesta una barbaridad admitir que hemos cometido un error o que simplemente deberíamos haber hecho algo mejor en alguna cuestión de nuestra vida.

 

No obstante, debo advertirles que los errores saben mucho mejor si los admitimos nosotros mismos y no cuando alguien nos corrige o se enfada porque hemos obrado mal. Muchas veces hasta podemos dar un giro inesperado a la situación si es uno mismo quien decide autocorregirse y pedir disculpas, aceptando honestamente que se ha equivocado y que quizás esto ha causado daños en alguien que no lo merece.

 

De este modo, es muy aconsejable ir con buenas intenciones en el momento que se nos recrimine que algo hemos hecho mal.

 

Si alguien nos habla de malas formas y nos recrimina algo, que le hemos hecho ir mal, perder dinero o tiempo, lo mejor que podemos hacer es pedir disculpas, admitir que nos hemos equivocado y decir que vamos a hacer todo lo posible por arreglar la situación. Créanme, ante esta actitud, muy probablemente la otra persona se arrepienta de haberte hablado mal al ver tus buenas palabras, se sienta mal y cambie totalmente su actitud. Por tanto, se minimiza una situación incómoda.

 

¿No creen que es mucho mejor ganar terreno y reconocerlo nosotros mismos? ¿No es mucho mejor escuchar nuestra propia crítica que la de otros? Seguramente todo va a concluir con actitudes generosas y comprensivas, restando importancia a su error.

Rectificar es de sabios