Hace dos días que se ha puesto sobre la mesa lo que parecía un secreto a voces. Se trata de la fusión que finalmente protagonizarán Bankia y BMN y que demuestra una vez más el proceso de concentración bancaria total en el que estamos inmersos. En este caso asistimos a una fusión lógica por muchas razones diferentes y que otorgará a las entidades protagonistas grandes dosis de credibilidad al generar nuevas sinergias de trabajo.
Indirectamente el otro gran beneficiado de esta historia será el Estado que comienza a ver en el horizonte una posibilidad más que real de recuperar al menos una parte de las ayudas públicas prestadas en su momento para salvar a Bankia en el proceso de las famosas operaciones de rescate. No podemos olvidar que el Estado entró, en su momento, con el 62% del capital en Bankia.
Después de lo que ha sucedido con el Banco Popular, es normal que alguien pueda pensar en situaciones similares, pero quiero que estéis tranquilos porque no tienen nada que ver. Bankia es, en estos momentos. una de las entidades de banca nacional con unos balances más saneados del país y todo gracias a la reestructuración que se ha hecho de su deuda. Esta fusión le dará aún más músculo doméstico y reforzará a ambos bancos.
En cuanto a los clientes de BMN pueden estar más que tranquilos pués pasarán a formar parte de una entidad, Bankia, muy solvente y que, además se ha especializado mucho en los últimos tiempos en los pequeños y medianos ahorradores. Por lo tanto que desaparezcan los temores si existen.
Eso sí, parece más que probable que se cierren bastantes de las actuales oficinas bancarias. En todo caso serán las que el plan de negocio que se elabore marque como prescindibles.
En resumen esta gran operación se trata de una buena estrategia para Bankia puesto que gana cuota de mercado, para BMN que gana en credibilidad y garantía y también para el Estado que ve más cerca el retorno de parte de los rescates bancarios.