viernes. 26.04.2024

 

El consejero de Empleo, Universidad y Empresa de la Región de Murcia, Juan Hernández Albarracín, ha expresado su preocupación por la situación que está atravesando Cataluña y “por la incertidumbre que ésta genera, ya que se están vulnerando los principios mínimos de legalidad y los derechos de los ciudadanos”.

 

En este sentido, ha manifestado que la Comunidad no está a favor de aprovechar las circunstancias que han provocado las instituciones catalanes, puesto que “las empresas que decidan instalarse en la Región, sean madrileñas, gallegas o catalanas, las recibiremos con los brazos abiertos, pero nunca actuaremos como depredadores para hacernos con entidades catalanas que decidan deslocalizarse, porque sería perjudicar a los catalanes”.

 

 
TRASLADOS EMPRESARIALES. Los datos avalan esta situación, pues tal y como estima la empresa Informa D&B 5 empresas inicialmente murcianas (con una cifra de ventas de 9,2 millones de euros) trasladaron su domicilio fiscal a Cataluña en 2016. Contrariamente, 17 empresas catalanas, cuyo volumen de ventas era de 1,2 millones de euros, abandonaron dicha Comunidad para establecerse en la Región de Murcia.

 

Así pues, Murcia registra un saldo positivo en el ‘intercambio de empresas’ con Cataluña si se atiende al número de traslados, pero sale perdiendo en cuanto a dimensión de esas empresas se refiere.

 

 

Pero, como advierte el consejero de Empleo, Universidad y Empresa “quien termina pagando esa factura son los ciudadanos, debido a que hay empresas que se están yendo casi a diario de allí, lo cual debilita la economía y genera paro”.

 

CIFRAS DE VENTAS. Es un hecho que la hipotética independencia  de Cataluña afectaría a la economía murciana, pues como muestran las cifras de C-Interreg y Ceprede, en el periodo 1995-2013, la Región de Murcia vendía a otras comunidades autónomas un promedio de 7.599 millones al año, de los que 665 millones (el 8,8% del total) estaban dirigidos a clientes catalanes. Ello convierte a Cataluña en el cuarto mayor destino de los productos murcianos, superado únicamente por las regiones limítrofes (Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha). Asimismo, Murcia se cuela entre los diez principales proveedores de Cataluña, al representar el 2,6% de los 25.163 millones que esta Comunidad compra a otras regiones.

 

Por otra parte, Cataluña es el tercer mayor proveedor de productos españoles de la Región de Murcia: de los 8.093 millones que Murcia compraba al año a otras regiones españolas (en el periodo 1995-2013), procedían de Cataluña 1.287 millones (el 16% del total). Murcia sólo le compra más a Comunidad Valenciana y Andalucía. Por tanto, Murcia es el duodécimo mayor cliente de Cataluña, pues representa el 3,0% de las compras que esta última Comunidad realiza al resto de España.

 

Al margen del comercio entre ambas regiones, hay diversas empresas murcianas que invierten y tienen intereses en tierras catalanas y viceversa. Un claro ejemplo es la empresa murciana García Carrión, que con instalaciones en la localidad de Vilanova i la Geltrú, se ha convertido en el tercer mayor operador de cava tras Freixenet y Codorníu, situando a su marca Jaume Serra como una de las líderes de su segmento en el mercado nacional .

 

Consecuentemente, como respalda Hernández Albarracín, es una situación genera una incertidumbre que no sólo va a afectar a Cataluña y a Murcia, sino que provoca que “se dispare la prima de riesgo y el coste financiero de los préstamos que reciben las instituciones, no sólo las catalanas, sino a las de toda España, por lo que perjudica a la economía nacional”.

 

SECTOR DEL TRANSPORTE. Otro sector clave, estratégico para la Región, que se podría ver afectado por el futuro político de Cataluña es el del transporte de mercancías por carretera. No hay que olvidar que Murcia cuenta con una de las mayores flotas de camiones y otros vehículos industriales de España, que asciende a 193.000 vehículos.

 

En este aspecto, Manuel Perezcarro, secretario general de la Federación Regional de Organizaciones Empresariales de Transporte de Murcia (FROET), ha advertido que la independencia catalana “afectaría negativamente a los intercambios comerciales entre los países de la UE y Cataluña, que quedaría fuera de la UE”. Pero también las empresas murcianas podrían perder competitividad “en la medida en que se crearan nuevas o mayores cargas impositivas por el hipotético estado catalán precisas para poder autofinanciarse y que afectaran al sector, como peajes, impuesto sobre hidrocarburos, etc”.

 

Además, a la hora de transportar mercancías por carretera, se podrían ver dificultados los trámites que actualmente se llevan a cabo ya que actualmente “el control de fronteras, afortunadamente es inexistente entre los países de la UE, lo que provocaría un entorpecimiento del tráfico de mercancías dificultando las exportaciones tanto al resto de la UE, al tener que atravesar Cataluña, como las destinadas a la misma. También conllevaría costes adicionales de gestión incluso de tasas o impuestos”, en palabras de Perezcarro.

 

Una alternativa según el secretario general de la FROET podría ser “poner en valor la demandada Travesía Central Pirenaica a través de Aragón”.

 

ARCO MEDITERRÁNEO. Aunque parezca que hasta el momento se trata de comunidades antagónicas, es mucho más, lo que une a la Región con Cataluña que lo que la separa, pues sin ir más lejos, ambas regiones pertenecen al denominado Arco Mediterráneo Español (AME), uno de los principales ejes socio-económicos de la península ibérica.

 

Esta área, que engloba a Cataluña, Comunitat Valenciana, Illes Balears, Región de Murcia y Andalucía, que acapara el 30% del territorio español, aumenta su participación hasta casi el 50% en términos de población, PIB, empleo o exportaciones, por significar algunos de los indicadores más relevantes .


Además, no es extraño que exista coincidencia de intereses para el impulso de determinados proyectos que benefician a ambas regiones. El caso más reciente quizás sea la cumbre organizada en marzo de 2017 por distintas instituciones de la zona, entre ellas las Organizaciones Empresariales de Murcia (CROEM) y Cataluña (Foment del Treball), para reivindicar la construcción de un gran corredor ferroviario de mercancías  desde Algeciras hasta la frontera francesa, en los términos propuestos por la Asociación FERRMED.

Murcia se niega a aprovecharse del Procés para atraer empresas catalanas