viernes. 19.04.2024

¿Estamos preparados para cuando llega el siniestro?

Todos somos propensos y estamos estadísticamente expuestos a sufrir algún siniestro a lo largo de nuestra vida y todos aquellos que nos dedicamos a la gestión de riesgos, lo sabemos.

 

Quien no esté familiarizado con el sector seguros y trate día a día con la gestión de siniestros, no sabe que las aseguradoras son especialistas en técnicas de negociación teniendo, además, la ventaja del gran volumen de negocio de manejan, lo que les da un gran poder de negociación propia.

 

Aunque es evidente, tampoco se suele tener en cuenta que sus negociaciones están dirigidas por departamentos totalmente orientados a ahorrar costes, aislados de los departamentos comerciales y en los que todo lo que no ha quedado redactado en el contrato y no se ajusta a lo pactado, no tiene validez.

 

En siniestros de una cierta complejidad y dificultad añadida, las investigaciones se suelen retrasar, los informes periciales y las gestiones internas de la compañía tardan en culminarse en los plazos deseados.  Esto provoca un retraso en el pago de las indemnizaciones y el consiguiente perjuicio para el asegurado empresario, que ve mermada su capacidad financiera.

 

Quiero hacer especial hincapié que, a pesar de que un seguro se contrata con la idea de obtener una indemnización de manera ágil y rápida cuando se produce el siniestro, en ocasiones, si no se sabe gestionar bien y sin la experiencia necesaria para agilizar los trámites, la resolución del mismo se puede retrasar, pudiendo llegar, en los casos más graves, a demorarse durante años.

 

Es importante contar con la gestión de un mediador profesional que, cuando suceda un siniestro, el asegurado no se encuentre solo ante la compañía ni tenga que hacer frente a gastos de abogados o informes periciales de parte que, a menudo, se solicitan demasiado tarde y pierden validez.

 

Tomar medidas en el momento de la contratación y diseñar un programa de seguros que debe contemplar la capacidad de negociación que tendremos frente a la compañía, son elementos fundamentales para evitar problemas futuros. Recordemos que la gestión de una reclamación es un proceso de negociación donde hay que tener en cuenta:

  • Que la cobertura debe estar claramente reconocida y no haya duda alguna en la interpretación de la misma.

  • Valoración adecuada y acorde a lo previsto en el momento de la contratación.

  • Conocer si el cliente tiene capital para aguantar y negociar pacientemente o si por el contrario tiene prisa para cobrar la indemnización.

  • Si contamos con informes propios para negociar o dependemos de los informes de la compañía

  • Si el coste en dinero y tiempo de la posible reclamación judicial la podemos soportar.

¿Estamos preparados para cuando llega el siniestro?