jueves. 28.03.2024

Cuénteme qué puede usted hacer por mí

Verán, nací hace varias décadas y mi generación está lejos de la que llaman “nativa digital”. Dirigí mi carrera profesional hacia los RRHH y lideré durante algunos años una pequeña compañía de reclutamiento profesional dónde participaba en algunos procesos para compañías que contrataban nuestros servicios. Esto me permitió tener una visión amplia de un gran abanico de personalidades y comportamientos distintos ante una entrevista de trabajo.

 

En esa época no había Linkedin, ni video currículums ni plataformas de búsqueda de empleos. Podríamos decir que los procesos eran “artesanales”. Está claro que las entrevistas de trabajo dónde conoces en directo a la persona en cuestión, ves cómo se comporta, cuáles son sus respuestas o reacciones nunca van a ser substituibles. Sin embargo, Linkedin es un primer umbral de toma de contacto con las compañías que buscan perfiles y es importante mantenerlo actualizado para producir una buena impresión.

 

Hace algunos días uno de mis alumnos de la universidad dónde imparto programas de entrenamiento de habilidades de inteligencia social, solicitó mi opinión acerca de su perfil en Linkedin puesto que se hallaba en un periodo de búsqueda activa de trabajo.

 

Lo leí, lo repasé y le miré. Su perfil de Linkedin era como muchos otros en los que explicaba detalladamente sus conocimientos, su experiencia y hacía hincapié en los objetivos que quería conseguir profesionalmente. Entonces le dije algo que aprendí de Dale Carnegie y que solemos mencionar en nuestros programas de habilidades comerciales.

 

No olvides que todos queremos hablar de nosotros mismos. Para influir en los demás no enfoques tu mensaje en ti mismo y en lo que deseas puesto que al otro lado, habrá otro ser humano preocupado por sí mismo y por lo que desea. Demuestra tu inteligencia social, tu empatía y tu habilidad para conectar con los demás. Cuéntale lo qué puedes hacer tu por él.

 

Recordemos que un perfil en Linkedin o un curriculum profesional no deja de ser un escaparate de venta propio. Póngámonos en la piel de los demás y transmitamos un mensaje honesto y sincero enfocado  a las necesidades de nuestro interlocutor.

 

Si les funciona, escríbanme. Estaré muy contento de haberles sido de utilidad..

Cuénteme qué puede usted hacer por mí