jueves. 28.03.2024

 

El sector de la tecnología y del IT, como se le conoce comúnmente en el mundo anglosajón a las tecnologías de la información, se ha convertido en cuestión de años en el espacio financiero por excelencia. Facebook, Amazon y Google principalmente, pero también otras firmas de menor capitalización del sector, son el objeto de deseo para un gran número de inversores de todos los niveles, que ven en la tecnología el espacio en el que pueden generar mayores beneficios.

 

Sin embargo, cuando uno se está iniciando en el mundo de la inversión online y tiene puesto su objetivo sobre el espacio tecnológico, la opción de comenzar a invertir en este tipo de valores gigantescos puede no ser la más apropiada.

 

CRIPTOMONEDAS EMERGENTES. Dentro del global de los espacios tecnológicos, el sector de las criptomonedas ha sido el mayor boom del último lustro. Desde la aparición del Bitcoin en el año 2009, las cotizaciones de ésta y otras muchas divisas electrónicas no han dejado de crecer exponencialmente. Tanto es así que, ahora, el valor de muchas de estas altcoins ha superado los 1.000 dólares por unidad, por no hablar de que el techo histórico del BTC se situó por encima de los 10.000 dólares por unidad en diciembre de 2017.

 

Por esta razón, invertir en criptomonedas consolidadas como el BTC, el Litecoin, el Bitcoin Cash o el Ether puede conllevar un enorme gasto que no todos los bolsillos se pueden permitir.

 

Así, para inversores iniciáticos o traders minoristas, lo que se presenta como una de las mejores opciones del mercado son las altcoins de perfil medio o bajo. Entre ellas, una de las que merece la pena destacar es el Dash, una criptomoneda cuyo precio se mueve actualmente alrededor de los 200 dólares —aunque durante diciembre de 2017 superase los 1.000— y que destaca por la velocidad de su proceso de pagos, mucho mayor que la del BTC, y por opciones de su sistema como el InstantSend y PrivateSend.

 

Una especie de versión mejorada del Bitcoin, el Dash pretende ocupar ese hueco que el futuro reserva a la criptomoneda o criptomonedas que mejor se adapten a la economía que está por venir. Si lo hace y tú has invertido en ella a tiempo, puedes hacer mucho dinero.

 

FONDOS TECNOLÓGICOS. Otra opción para invertir en tecnología, en caso de que no quieras invertir el tiempo necesario en estudiar el mercado a conciencia (que es mucho), es apostar por alguno de los fondos de inversión especializados en tecnología. Los gestores de este tipo de organizaciones se encargan de buscar los subsectores tecnológicos que tengan más posibilidades de albergar el próximo unicornio de la tecnología. Ahora mismo, espacios como el de la ciberseguridad, el biomédico y el de la inteligencia artificial parecen los más proclives a hacerlo.

 

En teoría, los rendimientos de este tipo de fondos especializados en tecnología suelen oscilar entre un 15% y un 20% de rendimientos a tres años, asegurando así una buena cantidad de ingresos a largo plazo.

 

CFDS EN COMPAÑÍAS TECNOLÓGICAS. Si, de todas formas, lo que quieres es operar con los valores de las grandes firmas tecnológicas, pero no cuentas con el capital suficiente como para invertir directamente en sus acciones, existe una solución: los Contratos por Diferencia.

 

Estos son un tipo de productos financieros derivados que permiten invertir sobre la diferencia de precios que se produce en el valor de un título bursátil sin tener que llegar a poseerlo. Así pues, cualquier inversor puede intentar sacar beneficios sobre el movimiento en los precios de Facebook, Google, Amazon o cualquier otra firma tecnológica norteamericana.

 

Pongamos un ejemplo. Imagínate que, por alguna razón, crees que el valor de Facebook puede aumentar un 10% durante la siguiente semana, debido a cualquier tipo de noticia o resultado relacionado con la firma dirigida por Mark Zuckerberg. En ese caso, lo que puedes hacer es abrir un CFD sobre el valor de las acciones de Facebook durante el espacio de tiempo en el que tú crees que se van a producir dichas subidas. Si el pronóstico que tú te planteabas se cumple, el beneficio que recibas será el de la diferencia entre el precio inicial de las acciones de Facebook y el del momento en el que cierres el contrato.

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