viernes. 29.03.2024

 

Con la cabeza alta, sin deudas y preservando “la memoria, el legado y el buen nombre” del fundador de la compañía, don Esteban Cánovas Jerez. Así se despide Cánovas, la empresa de electrodomésticos de Murcia por antonomasia, la compañía en la que buena parte de los habitantes de la capital han equipado sus viviendas durante las últimas décadas.

 

La compañía, fundada hace unos 65 años, inició a primeros de este año una suave y tranquila despedida, que se consumará en pocas semanas. Cánovas Electrodomésticos ha decidido ir liquidando todos los productos de sus tiendas, una por una, hasta cerrar definitivamente el negocio. Por el momento ya han echado la persiana ocho de las nueve que tenía, y solo queda abierta la de Miguel de Cervantes, junto al Carrefour Zaraíche, donde también se ubican las oficinas de la empresa.

 

La empresa, remarca la dirección, decide el cese de la actividad sin deudas significativas y sin dificultades económicas. Lo hace, según asegura Juana María Cánovas Bernabé, una de las cinco herederas de don Esteban y dueña de la compañía que ha mantenido sus principios y su accionariado en la tradición familiar, en una buena situación económica, y “antes de entrar en concurso de acreedores o de tener deudas”.

 

Los cinco hermanos, que remaron contra viento y marea para soportar la crisis, y superaron todas las dificultades que se les pusieron por delante, constatan que en la familia no hay tercera generación dispuesta a tomar el relevo ahora que se acerca el momento (uno de los cinco hermanos ya se ha jubilado y otro de ellos está muy próximo a ello). “Preferimos dejarlo a tiempo, si no tenemos a quién dejarle el negocio, ¿qué necesidad hay de continuar?”, se preguntan en el seno de la empresa. Los hijos de estos cinco hermanos han ido orientando sus vidas y sus trayectorias profesionales hacia otros sectores y ninguno de ellos baraja la posibilidad de seguir en este sector.

 

UN SECTOR QUE AUN NO HA SALIDO DE LA CRISIS. Además de la falta de relevo, la familia Cánovas se encuentra con un sector “que todavía no ha salido de la crisis”, y que ha encontrado una durísima competencia en las grandes superficies, en las tiendas de gran descuento y en la creciente pujanza de las ventas por internet. Al fin y al cabo, Cánovas, que se esforzó en mantener los principios familiares, nunca dejó de ser una pyme.

 

“Esta compañía siempre tuvo entre sus valores la cercanía y la calidad del servicio prestado a los clientes, hemos invertido mucho en formar al personal y apostado por la estabilidad del empleo, muchos de los empleados forman prácticamente parte de la familia”, asegura Juana María Cánovas, que añade que “es prácticamente imposible competir en estas condiciones con las grandes superficies”.

 

En los mejores tiempos, datados antes de la crisis hace una década, la compañía superó los 12 M€ de facturación anual, cifra que volvió a rozar en el año 2010 (11,95 M€). En 2017, la facturación se quedó en 4,5 M€. La compañía, fundada hace 65 años como un pequeño negocio en el Paseo Corvera, llegó a tener nueve tiendas y a rozar el medio centenar de empleados. Durante este 2018, han ido cerrado las tiendas paulatinamente conforme se vaciaban las estanterías de los establecimientos. Muchos de esos locales, ubicados estratégicamente y la mayoría en la capital del Segura, pertenecen al patrimonio familiar, y serán previsiblemente dedicados al retail.

 

Así, en las próximas semanas echará la persiana por última vez Cánovas Electrodomésticos. Tras la familia Peñalver con Aupesán, se trata de otra tradicional empresa murciana familiar (como ya contó en exclusiva Murciadiario) que decide poner fin a un negocio emblemático de ejemplar trayectoria y gran arraigo en la economía y, especialmente, en la sociedad murciana.

 

 

Electrodomésticos Cánovas cierra tras no encontrar relevo entre los herederos