El movimiento económico de un evento de la dimensión del Mundial de Rusia es brutal pero no transparente. Por este motivo es complicado saber el dinero que se dejan los patrocinadores en este campeonato que cuenta con el gran atractivo de focalizar unas audiencias televisiva sin comparación.
En primer lugar se podría realizar un primer grupo de empresas con los denominados FIFA Partners, un club selecto en el que actualmente se encuentran siete organizaciones: Adidas, Coca-Cola, Visa, Hyundai, Qatar Airways y el grupo Wanda. La organización IEG estima que cada uno de ellos paga al organismo futbolístico entre 20 y 37 millones de euros anuales.
Después, según revela la revista GQ habría un segundo nivel con los esponsors propios de la Copa del Mundo: Budweiser, McDonalds, la empresa de telefonía Vivo, y dos compañías chinas, Hisense (de tecnología) y Mengniu (de productos lácteos). Las cifras en este caso se calculan entre los 8 y los 21 millones de euros.
Por último, los sponsors locales, precisamente el apartado que más quebraderos de cabeza le ha dado a la FIFA en esta edición.
Lo cierto es que en esta edición a la FIFA le ha costado mucho más conseguir patrocinadores de este evento deportivo y, de hecho, actualmente cuesta diferenciar los oficiales y los que patrocinan un jugador o una selección, un grupo en los que se encuentran desde marcas de ropa deportiva, bancos, aseguradoras, marcas de coche o aerolineas.
