Me encanta este concepto que descubrió Howard Gardner en 1990 y que David Goleman, entre otros, defiende como el atributo de más valor en las empresas. Eso lo confirma el último World Economic Forum en un estudio que enumera cuáles serán las habilidades “top” que las empresas requerirán a los profesionales en los próximos 5 años.
En resumen, dicen que en el futuro se valorarán habilidades que van más allá de los conocimientos y la experiencia. La capacidad para resolver problemas complejos, el pensamiento creativo, la creatividad o la capacidad para dirigir equipos son las cinco primeras.
Conocimientos. La paradoja es la siguiente: pasamos muchos años de nuestra vida adquiriendo conocimientos. Tenemos a jóvenes muy preparados con dobles grados, masters y postgrados internacionales. Preparados para tomar decisiones que hay que llevar a la práctica y no preguntamos: ¿por qué hay profesionales muy preparados técnicamente, con dificultades para implantar un proyecto? ¿Por qué hay planes empresariales que sobre papel funcionan, y fracasan cuando deben ser puestos en práctica?, ¿la experiencia ayuda?
"¿por qué hay profesionales muy preparados técnicamente, con dificultades para implantar un proyecto?"
Experiencia. Acerca de la experiencia… bueno, conocí a un profesor que decía que la inexperiencia es una enfermedad que se cura con el tiempo. Una vez te integras en el mercado profesional, vas acumulando información que te ayuda a tomar decisiones, a trabajar en equipo y a tener una cierta estructura mental. Podemos decir que este tema lo tenemos resuelto.
Y entonces llegamos al eslabón crítico, a lo que consideramos “Inteligencia Social o Inteligencia Interpersonal”: a la habilidad para tratar con las personas, para liderarlas, para convencerlas y para motivarlas. ¿Quién te prepara para este reto constante? ¿Es una habilidad con la que se nace o puede entrenarse?
La buena noticia es que, en Dale Carnegie como líderes en ello, confirmamos que estas habilidades pueden entrenarse. El mensaje es: todas las personas pueden mejorar sus resultados mejorando su Inteligencia Social. Y la noticia aún mejor es que, que algunas facultades y escuelas empiezan tímidamente a implantar o piensan en iniciar programas de Habilidades de Inteligencia Social de manera gradual.
Por lo que podemos concluir que, aquellos que posean estas habilidades, son pequeños tesoros para los departamentos de RRHH ávidos de personas con talento y con Habilidades de Inteligencia Social