Hace pocos días asistí a una charla sobre “La nueva normativa de protección de datos y los ciberriesgos”. Me llevé de allí una frase que no se como calificar; si buena o mala, si es una oportunidad o una catástrofe, no lo sé. Es la siguiente: “Existen dos tipos de empresas; las que han sido objeto de un ciberataque y las que lo van a ser”. Da que pensar, verdad?
Es la época en la que nos vamos a mover o nos estamos moviendo ya. La ciberdelincuencia es una realidad, tanto a nivel personal como a nivel empresarial. Y ha llegado para quedarse. Y como todo en esta vida, quien sepa adaptarse a las nuevas circunstancias, sobrevivirá y quien no lo haga, pues ya se sabe donde irá…
Existen numerosas formas de que un hacker informático pueda hacernos daño dentro de nuestra organización. Tales como el secuestro de los datos de tus clientes, la introducción de un virus espía que rastrea todas tus contraseñas, la provocación de fallos en la maquinaria productiva informatizada, incluso el robo de dinero a través de las cuentas. No podemos menospreciar todas estas amenazas y estar prevenidos, ya que de ello puede depender el futuro de la empresa o las finanzas familiares.
A nivel empresarial hay que tener cuidado incluso con los empleados, ya que por muchas medidas que uno tome a nivel profesional siempre existe el empleado o jefe despistado que se deja el ordenador encendido, que entra en alguna red social desde el trabajo, que no guarda bien la información confidencial, etc…
Y todo ello sin entrar al detalle de la nueva ley de Protección de datos que ha entrado en vigor este 25 de Mayo y por la cual cualquier “brecha” en la seguridad informática relativa al acceso de datos de los clientes puede suponer multas muy cuantiosas y de efecto devastador en nuestra cuenta de resultados.
Pero no todo son malas noticias. Dentro de lo que cabe podemos protegernos de diversas maneras y de maneras complementarias. Además de la protección interna y de los protocolos de seguridad correspondientes, también contamos con la protección que nos pueden dar las compañías de seguros a través de las pólizas de “Ciberriesgos”, estas pólizas incluyen incluso el pago de las multas como consecuencia de un fallo o brecha en nuestra seguridad informática. Así como otras garantías como la actuación inmediata ante un ataque a nuestros servidores, la actuación en cuanto a la Responsabilidad Social Corporativa y lavado de imagen, la cobertura ante posibles inspecciones, etc… Y como siempre digo: “Un profesional es quien mejor podrá establecer cuales son las necesidades y su forma de cobertura”.
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