Francisco González: “Necesitamos políticas que impulsen la investigación y la educación”
El presidente de BBVA está convencido de que el avance tecnológico va a traer consigo más progreso y bienestar, pero reclama políticas y reformas estructurales capaces de paliar los costes de la transición a la nueva sociedad digital. Fomentar la investigación y la educación, impulsar la competencia y la transparencia de los mercados y desarrollar nuevas políticas de empleo y sistemas de protección social son las recomendaciones que ha hecho Francisco González en una jornada organizada en Barcelona.
REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA. Las tecnologías exponenciales (movilidad inteligente, big data, computación en la nube, biotecnología…) propias de la revolución tecnológica que estamos viviendo ofrecen “increíbles oportunidades para impulsar el crecimiento económico y mejorar el bienestar de la humanidad. Pero también nos confrontan con incógnitas y riesgos muy importantes: desde el futuro del empleo, la desigualdad o la presión sobre los sistemas del estado del bienestar, hasta riesgos catastróficos para nuestro planeta y para nuestra especie”, ha manifestado Francisco González durante esta jornada en la que se ha presentado el libro ‘El próximo paso. La vida exponencial’, publicado por BBVA en el marco de su iniciativa OpenMind.
Esta obra, que se puede descargar gratuitamente en español e inglés y en diferentes formatos en la web de OpenMind, recoge las reflexiones de veinte autores de referencia en sus respectivos campos, entre los que figura Séan Ó hÉigeartaigh, director del Centro para Estudios del Riesgo Existencial de Cambridge, que también intervino en la presentación.
CONFIANZA EN EL FUTURO. Frente a quienes auguran que nos dirigimos a un futuro de crecimiento relativamente bajo y elevado desempleo, tanto Francisco González como Séan Ó hÉigeartaigh no han dudado en definirse como tecnooptimistas.
El presidente de BBVA ha explicado su confianza en un futuro mejor afirmando que nos encontramos en una fase de transición, muy afectada todavía por los efectos de la crisis financiera, y que, superada esta etapa, iremos a otra de mucho mayor crecimiento impulsado por el progreso tecnológico. Ha señalado, además, que “las metodologías que se están usando para medir la productividad son antiguas” porque no tienen en cuenta las mejoras de calidad y porque la producción consiste, cada vez más, en servicios e intangibles, más difíciles de valorar.
Sin embargo, Francisco González ha reconocido que esta fase de transición puede ser difícil y penosa para muchos. “Y ahí es donde tienen que intervenir los poderes públicos para que este proceso de cambio no sea salvaje e incontrolable, sino que sea un proceso asimilable por la sociedad”.
APUESTA POR LA INVESTIGACIÓN. En opinión del presidente de BBVA, es imprescindible realizar un gran esfuerzo en investigación y, sobre todo, en educación para garantizar la igualdad de oportunidades y paliar los desequilibrios generados por la revolución digital. “El gran desafío para el sector público es adelantarse a lo que va a pasar en el futuro”. Para lograrlo, es fundamental impulsar una formación continua que ayude a las personas a adaptarse al nuevo mercado laboral porque “no es tanto un problema de desempleo como un desajuste entre los empleos que se ofrecen y las capacidades de las personas para cubrir esos empleos”.
La clave es “proteger a las personas, no a los trabajos –ha resumido Francisco González– y para ello es necesario desarrollar mejores políticas pasivas y, sobre todo, activas frente al desempleo”.
En este marco, la transformación digital de la banca va a suponer –en opinión del presidente de BBVA– “una reforma estructural muy potente para impulsar el crecimiento global y reducir la pobreza y la desigualdad”. Más de 200 millones de empresas y 2000 millones de personas en todo el mundo, que ahora mismo están excluidos de los servicios financieros, podrán acceder a ellos, lo que aumentará sus oportunidades de mejorar sus vidas.
Séan Ó hÉigeartaigh, por su parte, se ha mostrado más preocupado por los riesgos que provienen de los avances de la ingeniería genética, las armas nucleares o el cambio climático.
La humanidad se ha enfrentado siempre a amenazas a su supervivencia global, tales como impactos de asteroides y supervolcanes, ha recordado el director del Centro para Estudios del Riesgo Existencial de Cambridge. “Y, sin embargo, es posible que los riesgos más graves a los que tengamos que hacer frente en el futuro sean el resultado de nuestro progreso. Estamos desarrollando tecnologías de poder sin precedentes, como las armas nucleares o la ingeniería genética. También estamos erradicando especies, cambiando el clima y agotando los recursos del planeta a un ritmo insostenible a medida que crece la población mundial”.
Pese a todo, Ó hÉigeartaigh considera que “los avances de la ciencia y la tecnología también proporcionarán soluciones a muchos de estos grandes retos”.