La morosidad sube en julio al 4,72%, su primer avance en lo que va de año
El saldo del crédito bajó al finalizar este último mes a 1.225 M€, desde los 1.241 millones alcanzados en junio
La morosidad de la banca española se elevó en julio hasta el 4,72%, desde el 4,67% del mes anterior, debido a la caída del crédito concedido por las entidades financieras, con lo que registró su primera subida de 2020.
Según los datos publicados este martes por el Banco de España, correspondientes a los meses de junio y julio, el saldo del crédito bajó al finalizar este último mes a 1.225 M€, desde los 1.241 millones alcanzados en junio, en pleno estado de alarma, y gracias a medidas de apoyo a la economía como avales y créditos ICO. Asimismo, los préstamos impagados bajaron en julio hasta los 57.837 millones, frente a los 57.965 millones del mes anterior.
En comparación con julio de 2019, los impagos del sector financiero mejoraron en medio punto porcentual, desde el 5,23%, ayudados por el recorte de 5.163 millones registrado por el crédito dudoso en este periodo.
La morosidad de la banca, que incluye a los grupos creados por antiguas cajas de ahorros y las cooperativas de crédito, en su mayoría cajas rurales, se elevó también en julio hasta el 4,64% desde el 4,59% del mes anterior, que fue su nivel más bajo desde junio de 2009.
También empeoró la morosidad de los establecimientos financieros de crédito o EFC, cuyas cifras presenta el Banco de España segregadas de las de las entidades financieras. En julio se situó en el 6,98%, frente al 6,90% anterior y después de estar tres meses consecutivos en el 6%.
Aunque haya empeorado frente al mes anterior, el ratio de mora sigue contenido gracias a las citadas medidas de estímulo aprobadas por el Gobierno para tratar de mantener en marcha la economía, afectada por la pandemia, y también a las moratorias para hipotecas y préstamos de consumo que después fueron ampliadas de forma voluntaria por las propias entidades.
Gracias a estas ayudas, muchas familias redujeron temporalmente la cuota mensual de sus créditos, al pagar solo intereses, con lo que aplazan e, incluso, evitan ser considerados morosos, condición que se da cuando han pasado al menos 90 días desde el primer impago.