Las barreras al comercio y las nuevas medidas tributarias podrían frenar el crecimiento económico de la Región
La fortaleza económica de la Región de Murcia no decae en el primer semestre del año, resistiendo mejor de lo inicialmente esperado a la desaparición de ciertos factores exógenos que en el pasado reciente la habían impulsado, según ha constatado CROEM. "Cierto es, no obstante, que resultará complicado mantener indefinidamente tasas superiores al 3%, como ha ocurrido durante las últimas anualidades",en palabras de la patronal. Por tanto, el escenario base apunta a una reconfiguración de los factores que permitirá un avance todavía sólido, pero más contenido. La materialización del mismo dependerá, en todo caso, de la posible concreción de ciertos riesgos que amenazan el panorama económico.
Algunos de esos riesgos son internacionales, derivados de los sucesivos anuncios de nuevas barreras al comercio transfronterizo en algunas de las principales potencias económicas. Si bien las medidas anunciadas afectarían a una porción pequeña de los intercambios mundiales, la persistencia de estas actitudes –unidas a otras aislacionistas como las de Reino Unido- podría generar consecuencias insospechadas. "Sorprendentemente, Estados Unidos se está convirtiendo en actor principal de esta nueva oleada proteccionista, pues algunos de sus dirigentes consideran que las guerras comerciales son “fáciles de ganar". Nada más lejos de la evidencia empírica del último siglo: la historia económica muestra que el creciente progreso se fundamenta en buena parte en el auge del comercio mundial", tal y como han manifestado desde CROEM.
"Otras de las amenazas presentes tienen, desafortunadamente, un origen nacional. Por ejemplo, la posible aplicación de nuevas medidas tributarias, tendentes a aumentar la presión fiscal, deterioraría la competitividad española y lastraría el crecimiento económico nacional y regional", según la patronacional murciana. Este último podría, además, verse afectado si se materializaran nuevos retrasos en la finalización de infraestructuras viarias y ferroviarias estratégicas (como la demora en la llegada del AVE), si no se alcanzara en tiempos prudentes un acuerdo nacional sobre el agua – que evite medidas unilaterales como la modificación de las reglas de explotación del Acueducto Tajo-Segura- o si se pospusiera hasta más allá 2020 la reforma del Sistema de Financiación Autonómica.
En definitiva, para CROEM el progreso debería fundamentarse en la capacidad de alcanzar acuerdos que satisfagan a todas las partes implicadas, como recientemente ha ocurrido en el ámbito laboral español con el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2018-2020 consensuado por los agentes sociales, o en el ámbito comercial internacional con el Acuerdo de Partenariado Económico entre la Unión Europea y Japón. Este tipo de acuerdos, unidos a la necesidad de reformas económicas, son los que deberían marcar la hoja de ruta próxima de la economía.