BBVA rebaja su previsión de crecimiento para la economía española casi a la mitad para 2023 (al 1,8%)
La mayor resistencia de España vendría dada por la menor dependencia del gas ruso, la riqueza acumulada de las familias que aún no se ha usado.
BBVA Research ha mantenido su previsión de crecimiento para la economía española en el 4,1% para 2022, pero ha rebajado casi a la mitad el estimado para 2023, al 1,8%, en un contexto de riesgos a la baja asociados a la eventual persistencia de una elevada inflación y a las posibles restricciones de gas en Europa.
Durante la presentación del informe "Situación España", el director de BBVA Research, Jorge Sicilia, ha explicado que de momento no se espera que el crecimiento de la economía española se vaya a "truncar".
La mayor resistencia de España vendría dada por la menor dependencia del gas ruso, la riqueza acumulada de las familias que aún no se ha usado y por la favorable evolución de la inversión en bienes de equipo a consecuencia de la aceleración de las licitaciones de fondos europeos.
La inflación continúa sorprendiendo al alza y ha dejado de estar limitada a unos cuantos componentes del índice de precio de consumo (IPC), según el informe, con lo que la subyacente (sin energía ni alimentos frescos) "podría subir aún más y promediar casi un 6% durante el segundo semestre del año". La inflación media prevé que llegue al 8% en 2022 y que se modere significativamente al 3% en 2023.
En 2023 se espera una notable desaceleración del crecimiento por la escasez de algunas materias primas, el incremento en su precio y la reciente traslación que se ha observado de este aumento en los costes de producción hacia la inflación.
A ello se suma el esperado repunte en la carga financiera de empresas y familias a medida que el Banco Central Europeo (BCE) avance en la retirada de estímulos monetarios y suba los tipos de interés.
Además, ha aumentado la probabilidad de un escenario de escasez de gas en Europa, lo que ha llevado a continuas revisiones en las perspectivas sobre su coste, lo que podría restar entre 0,1 y 0,2 puntos porcentuales adicionales al crecimiento del PIB en 2023.
A pesar de la revisión a la baja del crecimiento esperado del PIB para 2023, BBVA Research sostiene que por el momento la recuperación se mantiene y la inercia es positiva de cara al tercer trimestre de este año.
La entidad calcula que el avance del PIB podría haber sido de un 0,6% en el segundo trimestre, tras el 0,2% registrado en el primero, lo que supondría una mejora, aunque seguiría estando "considerablemente por debajo del 2,6% y el 2,2% trimestral del tercer y cuarto trimestre del año pasado, respectivamente".
EL PRINCIPAL RIESGO ES LA INFLACIÓN. Para BBVA Research lo más preocupante es la tendencia de la inflación subyacente, que podría alcanzar el 5% en promedio este año y el 4% en 2023, ya que la mayor parte de los bienes y servicios ha continuado aumentando o se ha estabilizado en niveles elevados. En su evolución a futuro -que dependerá del impacto de la guerra en Ucrania y los problemas en las cadenas de suministro- "será determinante el comportamiento de los márgenes empresariales, el resultado de la negociación colectiva y el impacto de las políticas públicas".
En este sentido, la entidad se muestra partidaria de un pacto de rentas nacional que ayude "a distribuir los costes de manera equitativa y a evitar que la inflación se enquiste, lo que aumentaría el riesgo de recesión". Sobre las últimas medidas anunciadas por el Gobierno en debate del estado de la nación, el informe valora la gratuidad temporal de algunos transportes públicos, porque "es más selectiva que el subsidio al combustible", que considera que se tendría que haber eliminado.
BBVA Research considera que los recursos destinados a apoyar el consumo de una energía no renovable se deberían reorientar a incrementar la ayuda a hogares, autónomos y empresas particularmente afectados por el incremento en el precio de la gasolina y la electricidad.
Respecto al anuncio de impuestos sectoriales, dice que no tiene sentido penalizar a sectores específicos, como el sistema bancario, "porque no genera externalidades negativas en el resto de la economía, sino todo lo contrario: facilita la asignación de recursos productivos a los sectores más dinámicos y de mayor crecimiento".