Los accionistas del Sabadell recibirán una retribución cercana al 30% de su valor en Bolsa
La entrega se realizará en los próximos 18 meses y el consejero delegado de la entidad ha destacado que la previsión de abonar 2.900 millones de euros en 2024 y 2025 tiene potencial de mejora debido a la actualización de las previsiones de rentabilidad.
El consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, ha asegurado este jueves que los accionistas de la entidad tendrán una retribución recurrente y sostenible a largo plazo con el proyecto en solitario del banco, gracias a sus excelentes perspectivas de rentabilidad recurrente, a su estrategia perfectamente definida y a su mínima exposición a mercados de alta volatilidad. De partida, el banco entregará a sus accionistas en los próximos 18 meses una cuantía equivalente a alrededor del 30% de su valor en Bolsa.
En una conferencia organizada por Bank of America en Londres, el primer ejecutivo de Banco Sabadell y el director financiero, Leopoldo Alvear, han subrayado el firme compromiso del Grupo con la generación de valor para sus accionistas, quienes percibirán 2.900 millones de euros con cargo a los resultados de 2024 y 2025, lo que supone 53 céntimos por acción.
“Además, nuestro compromiso de retribución, que está basado en nuestro nivel de rentabilidad recurrente, tiene potencial de mejora al alza debido a la actualización de nuestras previsiones de RoTE”, ha precisado el consejero delegado.
En este sentido, los directivos han explicado que las perspectivas son positivas a pesar de un entorno de menores tipos de interés, ya que el 60% del stock de hipotecas está referenciado a tipo fijo y, por tanto, no resultará afectado, y al tiempo este nuevo contexto permitirá elevar el stock de crédito en pymes y empresas, que realizarán mayores inversiones corporativos y mayor gasto en capital.
En Reino Unido, los márgenes en TSB se verán respaldados por la contribución de las coberturas de tipos contratadas (caterpillar) y por la sólida estrategia, lo que llevará a la filial a aportar de manera determinante a las cuentas del Grupo en 2025, 2026 y en adelante.
OPA hostil sin precedentes
Respecto a la opa hostil presentada por BBVA, el consejero delegado ha recordado que no existen precedentes de OPAs no solicitadas sobre el 100% del capital en los últimos 20 años en España, y ha hecho hincapié en el alto riesgo de ejecución de la operación, tanto por la dificultad para conseguir todas las autorizaciones y respaldo accionarial necesarios para llevarla a cabo, como por el prolongado periodo que supondría.
En concreto, González-Bueno ha advertido que, en primer lugar, esta oferta no tiene un precio asumible, ya que en la actualidad es sustancialmente inferior a la original debido a la volatilidad de las acciones de BBVA, que en la actualidad están un 11% por debajo, y que ya fue rechazado por el Consejo de Administración de Banco Sabadell por infravalorar a la entidad y sus perspectivas futuras. En esta línea, ha incidido en la volatilidad del precio ofertado, dado que al ser una oferta en acciones y no en efectivo depende de la cotización de BBVA, que en este periodo de oferta ha llegado a desplomarse hasta un 21% en algunos momentos.
En segundo lugar, ha explicado que, al ser una OPA hostil, el análisis de la autoridad de Competencia es muy complejo y se prolonga mucho. Nada que ver con el proceso de fusión de CaixaBank y Bankia, ha destacado, dado que en ese caso el negocio de pymes no resultaba tan dañado como en el actual y todo estaba acordado.
“Una vez concluida la Fase 1 (en la que está actualmente), lo más probable es que la CNMC pase a Fase 2 y, necesariamente, entonces pasará a Fase 3 -que incluye al Gobierno, quien decidiría si hay que endurecer, mantener o suavizar las condiciones-, ha señalado el consejero delegado de la entidad, quien ha recordado que Banco Sabadell y BBVA son dos entidades con una gran relevancia en pymes, un segmento de una importancia crucial en España al representar más del 60% del Producto Interior Bruto (PIB), que resultaría muy perjudicado al reducirse la competencia en el sector.
La única manera de mantener niveles de competencia aceptables tras esta operación sería generar la aparición de un nuevo competidor, lo que es muy complejo porque para eso hay que realizar una escisión del negocio de Banco Sabadell (carve out) y vendérselo a un competidor, ha señalado González-Bueno, quien ha puesto el caso de la compra de Banco Popular por Banco Santander como ejemplo del daño que esta operación podría suponer para las pymes. En aquel caso, el crédito a empresas de la fusionada Santander más Popular se restringió extraordinariamente, ha dicho.
De las dificultades del proceso, González-Bueno también hizo especial hincapié en que es esencial que la oferta recoja toda la información y, para eso, BBVA debe aclarar ciertas magnitudes e impactos, debe conocer la decisión y consecuencias de la decisión de la CNMC y debe presentar los diferentes escenarios resultantes, entre ellos el escenario de costes y sinergias si no se llevara a cabo una fusión.