CaixaBank, seleccionada para formar parte del 'Proyecto Agorá'
La iniciativa global del Banco de Pagos Internacionales y el Instituto de Finanzas Internacionales busca explorar nuevas formas de pago y ha incorporado a compañías del sector privado a nivel mundial para valorar cómo la aplicación de tokens puede reforzar los pagos transfronterizos mayoristas.
CaixaBank ha sido seleccionada como una de las entidades privadas que forman parte del proyecto global del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) y el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) para explorar nuevas formas de pagos internacionales.
La iniciativa, conocida como 'Proyecto Agorá', ha incorporado a compañías del sector privado a nivel mundial para valorar cómo la aplicación de tokens (i.e. unidad de representación digital de cualquier activo en una plataforma programable) puede reforzar los pagos transfronterizos mayoristas.
El proyecto Agorá (por el término griego 'plaza pública') se estructura como una colaboración público-privada en la que participan siete bancos centrales: Banco de Francia (representando al Eurosistema), Banco de Japón, Banco de Corea, Banco de México, Banco Nacional de Suiza, Banco de Inglaterra y el Banco de la Reserva Federal de Nueva York. Todos ellos trabajarán de forma conjunta y en colaboración con un grupo de entidades privadas, coordinadas por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF).
Sobre el proyecto Agorá
El proyecto se basa en una propuesta del BIS sobre el concepto de libro de contabilidad unificado, e investigará cómo los depósitos tokenizados de los bancos comerciales pueden integrarse con el dinero tokenizado mayorista del banco central en una plataforma financiera central programable público-privada.
Esto podría mejorar el funcionamiento del sistema monetario y proporcionar nuevas soluciones utilizando contratos inteligentes (smarts contracts) y programabilidad. La colaboración público-privada buscará superar ineficiencias estructurales en la forma en que hoy en día se realizan los pagos, especialmente los transfronterizos, que implican una serie de desafíos adicionales derivados de la consideración de requerimientos legales, regulatorios y técnicos, horarios de servicio y husos horarios diferentes.
A estos retos se suma la creciente complejidad de llevar a cabo controles de integridad financieros (por ejemplo, para la prevención del blanqueo de capitales y la verificación de clientes), que en la actualidad suelen repetirse varias veces para una misma transacción, dependiendo del número de participantes involucrados.
Con la participación en el Proyecto Agorá, CaixaBank quiere aportar la experiencia y los recursos de la entidad para ayudar a superar estos retos y crear un ecosistema de pagos más ágil y seguro.