El ayuntamiento confirma la adjudicación del proyecto de la Cárcel Vieja al arquitecto Manuel Hernández
La Junta de Gobierno del ayuntamiento de Murcia ha dado el visto bueno a la adjudicación mediante procedimiento negociado del ‘Servicio de redacción del proyecto básico de la totalidad del edificio y el proyecto de ejecución de dirección de obra de la primera fase del edificio de la antigua Prisión Provincial de Murcia'.
El contrato ha recaído en el estudio IH Arquitectos y tiene un precio de 222.000 euros, de los que 12.000 corresponden al primer premio otorgado tras la realización del concurso de ideas. Este estudio, capitaneado por Manuel Hernández, ganó el concurso de ideas el pasado mes de octubre.
De esta forma, comienzan a computar los plazos para la entrega final de los proyectos, siendo de tres meses el tiempo para la presentación del básico y de dos meses más para la entrega del proyecto de ejecución.
El primero de ellos establecerá la homogeneidad entre las dos fases: la primera, que afecta a la cabecera del edificio, y la segunda, que engloba la parte trasera del mismo.
Según las previsiones, el proyecto de ejecución de la fase 1 se licitará en verano para que las obras puedan ser contratadas en septiembre, por lo que los trabajos de recuperación del inmueble podrán comenzar antes de que acabe el año.
El proyecto ganador del primer premio del concurso de ideas, ‘Muros etéreos', del estudio IH Arquitectos y cuya autoría corresponde a Manuel Hernández Jiménez y Alejandro Ibáñez Benzal, servirá como base para la redacción del proyecto básico de ejecución, que cuenta con un plazo de tres meses.
La propuesta de IH Arquitectos trata fundamentalmente de abrir el edificio a la ciudad y conectarlo con ella, buscando la recuperación del inmueble y los espacios adyacentes, con una conexión visual y de entrada real a los patios existentes y la creación de elementos permeables que sustituyen al muro de cerramiento.
La propuesta incluye lucernarios que aportan luminosidad, un panóptico reconstruido y una zona de memoria histórica donde se mantienen rehabilitadas algunas de las celdas existentes. Prima los usos eminentemente culturales, con una zona de talleres y establece usos polivalentes, respetando la arquitectura de este edificio de primer orden.