REESTRUCTURACIÓN

El cartagenero Enrique Alba, consejero delegado de Iberdrola en México

La entidad homogeniza la estructura de gobierno de sus sociedades 'subholding' nombrando a tres nuevos consejeros delegados.

 

 

Iberdrola ha culminado la homogenización de la estructura de gobierno de las sociedades subholding de los principales países en los que opera mediante el nombramiento de tres nuevos consejeros delegados, que se unen a los dos que ya desempeñaban esta función previamente.

 

En concreto, se ha nombrado a Ángeles Santamaría como consejera delegada de Iberdrola España, y a Keith Anderson y Enrique Alba, que hasta la fecha eran country managers de Reino Unido y México, respectivamente, como consejeros delegados de ScottishPower e Iberdrola México -ver nota y fichas adjuntas-.

 

Estos nuevos consejeros delegados de las sociedades subholding de Iberdrola en España, Reino Unido y México se unen a los dos que ya venían desempeñando esta función en las filiales del grupo en Estados Unidos (Avangrid), James Torgerson, y Brasil (Neoenergia), Mario Ruiz Tagle.

 

Los consejeros delegados de las sociedades subholding desarrollarán sus funciones en estricta observancia de la estrategia general y de las Políticas Corporativas establecidas por el Consejo de Administración de Iberdrola, cuya ejecución corresponde a su presidente y consejero delegado, Ignacio Galán. Serán responsables implementar dichas políticas por orden de sus respectivos Consejos de Administración, de maximizar el valor de los activos y  la cuenta de resultados de cada país y representarán a su compañía ante las instituciones que corresponda.

 

Iberdrola culmina así una reestructuración del modelo organizativo alineada con las mejores prácticas de gobierno corporativo y que le permite encarar con las mejores garantías de éxito los ambiciosos retos plasmados en las perspectivas estratégicas 2018-2022, presentado la pasada semana en Londres.

 

Cabe recordar que Iberdrola invertirá 32.000 millones de euros durante dicho período, sentando las bases para un crecimiento sostenible en la próxima década. Más de un 90% del total se destinará a actividades reguladas o con contratos a largo plazo, de acuerdo con la estrategia del grupo de centrarse en negocios con retornos estables y predecibles.

 

El cumplimiento de dichos planes permitirá a la compañía continuar incrementando sus resultados. Según las previsiones del grupo, el Ebitda se situará entre los 11.500 y los 12.000 millones de euros al final del periodo. Se espera que el 84% del beneficio bruto de explotación para el año 2022 provenga de actividades reguladas o con contratos a largo plazo. Por su parte, el beneficio neto se situará entre 3.500 y 3.700 millones de euros en 2022.