HOSTELERÍA

El restaurante La Bernarda da marcha atrás en su decisión de cerrar por 'petición popular'

El anuncio del cierre del mítico restaurante de Santa Eulalia provoca una ola de solidaridad en redes sociales

Dos días antes, la propietaria, Lola Sánchez había anunciado el cierre después de la falta de ayudas para paliar las pérdidas generadas por la "pésima gestión de la pandemia"

Que la pandemia del coronavirus ha resultado demoledora para la hostelería de la Región de Murcia es algo que ha venido contando Murciadiario desde hace meses. La patronal del sector, Hostemur, se echaba una vez más a la calle hace una semana para denunciar que la falta de apoyo iba a provocar la muerte de 1.300 negocios murcianos. Su presidente, Jesús Jiménez, ha denunciado por activa y por pasiva la dejadez con un sector al que se ha acusado como uno de los culpables de la propagación del virus.

 

Los empresarios han tenido que hacer frente en los diez meses de pandemia a diferentes cambios de rumbo políticos que han tocado de lleno a sus negocios: ahora se cierra, ahora se abre con el 50%, ahora se vuelve a cerrar, ahora de nuevo abiertos pero sólo en el exterior; ahora sólo para las comidas para llevar... Además de verse forzados a realizar inversiones en medidas de seguridad y distanciamiento que en algunos casos se han convertido en dinero desperdiciado porque igualmente han tenido que cerrar.

 

Después de unos meses de penosas facturaciones, de meter y sacar y volver a meter empleados en los ERTE, y con unas perspectivas que aventuran al menos un primer semestre de 2021 en idénticas condiciones, muchos optaron por tirar la toalla a pesar de que, antes de la pandemia, sus negocios eran de lo más boyante.

 

Es el caso de Lola Sánchez, co-propietaria de La Bernarda, una conocida marca en Murcia que engloba dos restaurantes en la Plaza de Europa y en el barrio de Santa Eulalia, en concreto en la plaza Periodista González Barnés. Antes del estallido de la crisis, Lola y su equipo tenían que lidiar con listas de espera para comer o cenar en sus locales, creaba empleo y tenía muy buenas perspectivas, incluso ampliando el negocio a un servicio de comidas para llevar.

 

El pasado 12 de enero, Lola tenía que cerrar sus dos locales de La Bernarda por tercera vez por orden de las autoridades. Fue el momento en el que decidió tirar la toalla, primero con su local de Plaza de Europa, pues al no tener cerramiento de terraza, parecía imposible a varios meses vista que pudiera abrir contando solo con el interior. "Cerramos nuestros locales y los contagios sdiguen subiendo. ¿Qué conseguimos cerrando la hostelería?", se preguntaba en una entrevista en Murcia Conecta (La 7).

 

Entonces ya aventuraba que tampoco tenía buenas perspectivas para el restaurante de Santa Euliala, pues "ya no tenemos 'riñón' y no hemos terminado todavía de pagar las nóminas de diciembre, pues las restricciones empezaron la primera semana de enero y llevamos arrastrando una deuda de circulante desde marzo de unos 50.000 € y ya no podemos soportar más. Estamos a cero. Con las últimas ayudas que sacaron no nos llega para paliar las pérdidas. Los impuestos siguen siendo los mismos. Cuando podemos vender lo hacemos con un 50% de capacidad, pero pagas lo mismo en seguros sociales, en tasas, impuestos...".

 

"Si a mí en marzo me llegan a contar que lo peor no era el mes y medio que pasamos confinados, sino que lo peor aun estaba por llegar, no me lo creo. Hay un montón de  familias que viven de la hostelería que nos hemos tomamos en serio la mascarilla, las precauciones, las distancias de seguridad. Estamos con ansiolíticos, no podemos dormir y nadie nos hace caso. Además el ocio nocturno está muerto. Lleva un año sin poder vender nada. Si yo no hago bien mi trabajo a mí me despedirían, pero en el sector político lo están haciendo mal y nadie asume nada", denunciaba Sánchez.

 

Ante este panorama desolador, el pasado 18 de enero La Bernarda decidió tirar la toalla y anunció en una entrevista en Popular TV el cierre definitivo de sus dos famosos establecimientos. "Estamos agotados psicológica y económicamente", confesaba. Pero entonces, ocurrió algo inesperado: la noticia corrió como la pólvora y se provocó tal reacción en redes sociales que desbordó a los responsables de los restaurantes.

 

"Estamos desbordados e inmensamente agradecidos por las muestras de cariño, de apoyo y de solidaridad, no solo de todo el barrio de Santa Eulalia sino desde toda la Región de Murcia. No solo de nuestros clientes, sino también de nuestros proveedores".

 

La ola solidaria ha permitido a Lola Sánchez y a sus socios Fefa Cabrerizo, Mariano Costa y Jesús Galán "recuperar la ilusión que nos habían quitado", y anuncian que por el momento mantendrán vivo el servicio de comidas para llevar y que cuando la pandemia lo permita reabrirán los locales.