i-DE, la compañía distribuidora eléctrica de Iberdrola, ha inaugurado este lunes en Caravaca de la Cruz el primer sistema de almacenamiento de energía eléctrica con baterías de ion de litio para redes de distribución en España.
El proyecto permitirá mejorar la calidad de suministro energético del entorno, así como el aprovechamiento de la energía solar generada en la zona, informaron fuentes de Iberdrola.
El sistema de almacenamiento, de 3 MW/h de capacidad, puede funcionar en isla y, en caso de interrupción de suministro, proveer hasta cinco horas de energía eléctrica a las principales pedanías de su entorno: Cañada de la Cruz e Inazares (Moratalla) y El Moralejo, Barranda, El Moral y Los Royos (Caravaca de la Cruz).
Las circunstancias especiales del entorno rural de Caravaca de la Cruz han determinado la elección del enclave para esta solución innovadora. En los últimos años, la zona viene registrando situaciones climatológicas muy adversas que provocan incidentes en la red de distribución.
Asimismo, se trata de un área integrada por diversos núcleos de consumo, pequeños y dispersos, que hacen que una avería pueda dejar sin servicio a varias poblaciones. A ello se suma las largas distancias que hay que recorrer para llegar hasta la fuente del problema, dificultando la resolución de incidencias.
La solución tradicional hubiera representado la construcción de 22 kilómetros de líneas aéreas, atravesando zonas de protección medioambiental. Por este motivo, se optó por una solución innovadora, basada en el almacenamiento energético, instalada en un cruce de líneas áreas, que permite atender a varias zonas con una única batería.
El proyecto ha demostrado que las baterías pueden mejorar la continuidad de suministro en situaciones de contingencia, así como el aprovechamiento de plantas fotovoltaicas conectadas en la red de influencia, incluso formar islas usando únicamente energías renovables. Las baterías, en definitiva, se constituyen en complemento a la operación local convencional.
En Caravaca de la Cruz hay varias plantas fotovoltaicas de cierta dimensión que elevan la tensión de la línea en las horas de mayor exposición del sol. Una batería de estas características es capaz de ajustar el voltaje a los valores adecuados y estar lista para intervenir como segunda fuente de suministro eléctrico en caso de fallo en la red.
La planta de almacenamiento está dotada de un sistema inteligente capaz de valorar situaciones y decidir qué parte de la red se mantiene en funcionamiento desde la batería, atendiendo a los consumos reales, la capacidad de producción de las plantas fotovoltaicas del entorno y el estado de la carga de la batería, entre otros aspectos.
El sistema estima tanto los consumos como la potencia de generación renovable de las plantas solares instaladas en la zona en ese momento, así como la previsión de las siguientes horas. De este modo, puede aprovechar la generación eléctrica local y, además, absorber la energía sobrante, en caso de exceso de producción.