Imaz (Repsol) insiste en que el impuesto a las energéticas hará caer su inversión
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha advertido de que la inversión en el sector energético español "se ralentizará al mínimo" por el "populismo fiscal" del Gobierno, que "va a penalizar esta actividad con un gravamen discriminatorio" que provocará que "miles de millones de euros" se desvíen a otros países. Esta declaración pone en a las plantas de la compañía en el país en alerta, como es el caso de la de Cartagena.
"La falta de reconocimiento social del valor de la empresa, las superposiciones regulatorias, el ahogo a la industria, las prohibiciones en vez de incentivaciones y las medidas fiscales asfixiantes (...) son medidas populistas que, bajo el mantra del bienestar social, comprometen seriamente el modelo futuro de este país", dice en una tribuna publicada este martes en La Vanguardia.
En ella, Imaz parte de su experiencia personal, de cómo él y sus hermanos fueron criados por su madre, viuda, y pone en valor cómo gracias a haber crecido en un país que le permitió acceder a becas pudo emprender su carrera. "Muchos pagaron sus impuestos para que yo llegase a donde hoy estoy. Es algo que nunca he olvidado", recalca.
En su opinión, los debates sobre los impuestos son "legítimos en una sociedad democrática" y asegura que, en ellos, siempre ha defendido una "visión redistributiva de la política fiscal".
Acto seguido, el consejero delegado de Repsol, al que "repugna particularmente la demagogia en torno a las cuestiones fiscales", se centra en la propuesta del Gobierno de hacer permanente el gravamen, hasta ahora temporal y extraordinario, a las grandes energéticas, empresas que, prosigue, "pagan por sus beneficios en conceptos de Impuestos de Sociedades".
"No hay debate. No hay un análisis riguroso de las consecuencias. No hay siquiera interlocución franca con las empresas industriales. Simplemente el populismo y la demagogia al grito de 'que paguen las empresas para favorecer a los que lo pasan mal'", afea.
A nivel jurídico, como viene haciendo en los últimos meses, Imaz se muestra confiado en que "pagar dos veces por un concepto similar, el beneficio, será un día tumbado en los tribunales".
Sin embargo, pronostica que, cuando eso pase, "los actuales gobernantes estarán posiblemente lejos de sus funciones", por lo que "no tendrán que pagar las consecuencias de sus políticas populistas e ilegales".
"Miles de millones de euros se desviarán a otros países"
Desde su punto de vista, el populismo fiscal "va a penalizar" la actividad industrial de estas compañías con un "gravamen discriminatorio que imposibilita" que sus inversiones puedan llevarse a cabo, y es que, "si ya era difícil competir con la inversión energética en Estados Unidos, este golpe lo hace imposible".
"La inversión en el sector energético español se ralentizará al mínimo. Miles de millones de euros se desviarán a otros países. Es posible que, ante la dificultad de descarbonizarse, el sector del refino español vaya teniendo dificultades para mantenerse antes de que acabe esta década", avia.
Todo ello, en su opinión, repercutirá de forma negativa en la sociedad, pues se crearán "muchos empleos en servicios de bajo valor añadido, posiblemente mal pagados"; y la cobertura social "tendrá dificultades para sostenerse en un futuro", ya que este contexto aboca a un "modelo de competitividad alejado de los líderes a los que deberíamos emular".
Por último, Imaz admite que le "duele" que el futuro de niños que, como él en su momento, han sido "golpeados" por la vida, "se apague entre discursos demagógicos contra las grandes empresas y los ricos" o que sea "por el peaje a pagar para que Sumar siga sosteniendo un Gobierno".