ESTUDIO

Los indicadores de actividad de las empresas familiares murcianas alcanzan los valores más altos de la serie histórica

Las principales preocupaciones del colectivo según la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum y Amefmur son la evolución de la demanda o la disponibilidad de agua y energía.

 

Las empresas familiares de la Región de Murcia han mejorado sus cifras económicas en 2017 hasta alcanzar máximos históricos desde que en 2008 la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum y la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (AMEFMUR) comenzaron a realizar barómetros para medir su actividad. En el último estudio suben todas las variables y todos los participantes consideran que la situación económica es más positiva, recuperando el dinamismo perdido en 2016.

 

El mejor saldo lo presenta la evolución de la cifra de negocios, ya que el 47,7% de las empresas ha elevado sus ventas. Por tercer año consecutivo, son más aquellas que aumentan sus inversiones (37,2%), respecto a las que disminuyen (14,5%). La exportación también sigue mostrando un buen comportamiento y un 78% de las compañías mantienen o incrementan sus cifras en este campo.

 

El Índice de Confianza Empresarial sigue subiendo y consolida una tendencia de crecimiento y valores positivos desde 2014. En 2017 se sitúa en 26,4, lo que supone 6,3 puntos más respecto a 2016.

 

Todos estos datos han sido presentados y analizados por José Orihuela, rector de la Universidad de Murcia, Alejandro Díaz, rector de la Universidad Politécnica de Cartagena, Olga García, directora territorial Levante BMN, José Mª Tortosa, presidente de Amefmur, y Ángel Meroño, director de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum y coordinador de una investigación en la que han participado 177 empresarios.

 

DIFICULTADES. El barómetro también ha analizado las dificultades a las que se enfrentan las empresas familiares. Entre ellas, la debilidad de la demanda (45,8%) deja de ocupar el primer lugar, siendo superada en 2017 por la presión competitiva (53,7%). En tercer lugar, se sitúan los requisitos legales (36,2%).

 

Respecto a la estructura de propiedad y gobierno, el 71% (aumento de 2 puntos) de las empresas familiares optan por mantener las actuales. Desciende del 5% hasta el 2% las que se plantean incorporar externos a la propiedad o dirección y el 27% contempla cambiar la propiedad, fundamentalmente transmitiéndosela a la siguiente generación.

 

De nuevo inquietan especialmente una serie de variables externas. La principal preocupación vuelve a ser la evolución de la demanda. Encaramándose en segundo lugar surge este año un gran desasosiego sobre la disponibilidad de factores productivos, fundamentalmente el agua, seguida de otros recursos como la energía. La preocupación por la situación política desciende hasta el tercer lugar, junto con la financiación. También son importantes otros aspectos externos como la vigilancia del Estado en la competencia desleal, así como en la gestión de licencias, presupuestos y, en general, en la creación de un marco legal que promueva la actividad económica.

 

PERFIL DEL GERENTE. La parte monográfica del barómetro se ha centrado, en esta ocasión, en la figura del gerente. Los resultados indican que el promedio de edad de esta figura se sitúa en los 50 años. El estudio también confirma que la presencia femenina en el puesto de máxima responsabilidad es superior en las empresas familiares que en el tejido empresarial general, ya que 1 de cada 4 compañías está dirigida por una mujer.

 

Otros datos indican que el 32% de las empresas están dirigidas por su fundador y en el 59% es un descendiente de la familia propietaria o que el 72% de los gerentes actuales son el candidato previamente acordado en el plan de sucesión. Entre los motivos de los sucesores familiares para acceder al puesto de gerente se sitúa, en primer lugar, la identificación con la empresa, a continuación, el cumplimiento de las expectativas de la familia y, finalmente, las posibilidades de desarrollar una carrera profesional.

 

El barómetro también señala que el 38% de las compañías familiares ha planificado la sucesión y destaca que, entre las cualidades que debe reunir el sucesor, la que más se valora es el compromiso. Detrás se colocan rasgos de personalidad como la integridad, habilidades directivas y confianza en sí mismo, por encima de aspectos objetivos como formación o experiencia dentro y fuera de la empresa.