108 ciudadanos comparten con políticos europeos sus ideas para el futuro de la UE
Los ciudadanos embajadores de la Conferencia del Futuro de Europa compartieron el pasado fin de semana con varios políticos europeos sus primeras sugerencias para el futuro de la Unión Europea, que seguirán debatiéndose y refinándose antes de decidir cuáles pasan a formar parte del documento final de este ejercicio de democracia ciudadana.
La Conferencia del Futuro de Europa celebró en la sede de la Eurocámara en Estrasburgo (Francia) su pleno para debatir los progresos que han hecho hasta ahora los paneles ciudadanos, las aportaciones en la plataforma en línea y otras iniciativas que han tenido lugar en los distintos países de la UE, de las cuáles han ido surgiendo propuestas sobre el futuro de la UE.
El hemiciclo de Estrasburgo reunió a 108 ciudadanos junto a otros tantos representantes del Parlamento Europeo, 54 del Consejo (dos por Estado miembro), tres de la Comisión Europea, 108 de los parlamentos nacionales, 18 miembros del Comité Europeo de las Regiones, 18 del Comité Económico y Social Europeo, 6 de las autoridades regionales, 6 de las autoridades locales, 12 de los interlocutores sociales y 8 de la sociedad civil.
“He estado en esta cámara muchas veces, pero nunca había visto un pleno tan diverso como hoy”, resumió la vicepresidenta de la Comisión Europea Dubravka Suica, que subrayó que los participantes en este evento “le han quitado tiempo a su familia y empleos” para “asumir la responsabilidad” de aportar sus propuestas a la conferencia.
Durante las primeras horas del pleno, los ciudadanos “embajadores” de los debates de los últimos meses compartieron desde el hemiciclo las principales ideas a las que han ido llegando en los debates a puerta cerrada, llamados “paneles ciudadanos”, cada uno centrado en una dimensión política: economía y empleo, migración, cambio climático o seguridad, entre otros.
Así, una mujer belga llamada Gisele subrayó que en su grupo se había sugerido una revisión de los programas académicos a nivel comunitario para incluir una dimensión europea en la educación, mientras que Elías, austríaco, contó que con sus compañeros habían hablado de la necesidad de promover el acceso al empleo para los jóvenes.
Mientras que la italiana Valentina, por su parte, incidió en el refuerzo del derecho a no ser discriminado, el establecimiento de un salario mínimo en todos los países de la UE y la prioridad de una acción “decisiva” contra la corrupción o el blanqueo de capitales.