El taconeo más ‘Íntimo’ de Farruquito conquista La Unión
Con un escenario a oscuras se empezaba a oír el cante sobre las tablas del Antiguo Mercado Público de La Unión. Eran Ezequiel Montoya e Ismael De la Rosa ‘El Bola’, sobre quienes se proyectaban unos focos de luz creando expectación en el que era el preludio de la llegada a escena del protagonista de la noche. Minutos después, Farruquito llegaba, taconeando fuerte, para ofrecer un espectáculo en el que sus pies hablaron, a ritmo vertiginoso, para ofrecer su taconeo más ‘Íntimo’.
De su abuelo le viene el valor de respetar y aprender de los festivales flamencos de toda la vida, independientemente de lo grande que sean las ciudades, países o continentes a los que le lleve su arte y su taconeo. Y ese respeto se plasmó de nuevo en el paso de Farruquito por las tablas de la ‘Catedral del Cante’ con su nuevo espectáculo, en el que no hay un guión fijo, sino un conjunto de momentos vividos con gestos y pocas palabras, “como si estuviéramos en casa, buscando el punto que nos hace felices; metiéndonos en el ambiente que vivimos en la fiesta, haciendo un paso hacia lo profundo y olvidándonos de todo por un momento”, en palabras del bailaor.
Este viaje de sensaciones espontáneo a través del baile sucede en un lugar que ha acogido en numerosas ocasiones al bailaor: en 2004 fue con ‘Alma vieja’. Luego, en 2011 con ‘Puro Flamenco’ y en 2016 y 2019 con ‘Improvisao’. Aunque ya estuvo años antes con su abuelo y resto de su familia. “Siempre vengo con la misma ilusión y respeto, porque la gente me trata con mucho cariño y eso es de agradecer”, afirmaba poco antes de comenzar su espectáculo.
Farruquito, que protagonizó a primera hora de la tarde una masterclass con una decena de alumnos, se dejó fluir ya por la noche en una gala con presencia de alegría, seguiriya, caña, fandango y tango, deleitando a un público al que considera “conocedor, aficionado, sensible y exigente al mismo tiempo”. La cantaora María Vizarraga transmitía con pasión el cante y Farruquito le contestaba con su taconeo, como una especie de conversación entre ellos en los que el público parecía haberse esfumado para crear un ambiente de fiesta familiar. Se sumaban en escena Manuel Valencia y Paco Vega.
Con el público en pie y envuelto en aplausos, Farruquito se despedía de nuevo de La Unión, sabiendo que, probablemente, será un ‘hasta pronto’.