El número de mujeres ocupadas en España ha retrocedido algo más que el de hombres entre octubre de 2019 y junio de 2020, y la recuperación del empleo en el tercer trimestre de 2020 ha sido ligeramente mayor entre ellos, ampliando la diferencia de género. Estas son algunas de las conclusiones del informe de BBVA Research ‘Diversidad de género y formación’.
El estudio, presentado en el marco de unas jornadas sobre diversidad (los Diversity Days) en BBVA, señala la formación como un factor esencial para revertir esta situación y mejorar la participación de la mujer en la economía digital, un sector con mejor respuesta en la recuperación.
La anterior crisis económica redujo las diferencias de género en la tasa de paro (hasta alcanzar cerca del 27% al inicio de 2013). La recuperación que siguió a esa crisis disminuyó la tasa de paro, pero no de igual forma separando por sexos (dejando la tasa de paro de las mujeres por encima de la tasa de los hombres), lo que se manifiesta como un aumento en las diferencias por género. Tras el primer impacto de la COVID-19, los datos muestran una ligera tendencia creciente en la diferencia de género de la tasa de paro.
“La COVID-19 ha generado un descenso muy brusco del número de ocupados durante el primer semestre de 2020, más fuerte en las mujeres que en los hombres”, ha explicado Alfonso Arellano, autor del estudio. El economista de BBVA Research ha expuesto cómo “la recuperación del empleo vivida del segundo al tercer trimestre de 2020 ha sido algo mayor en hombres que en mujeres”, ampliando la brecha de género.
“Más del 50% del empleo de las mujeres se concentra en cuatro sectores: comercio, hostelería, educación y servicios sanitarios y sociales, sectores directamente implicados en el impacto de la pandemia”, afirma Arellano. Y aunque por el momento la COVID-19 mantiene la representatividad de hombres y mujeres en los sectores en su conjunto, sí se observa un efecto composición en las mujeres ocupadas, que reducen su peso en la hostelería frente a una subida en las actividades sanitarias y de servicios sociales. Son precisamente los sectores con peor comportamiento en términos de empleo los que más han aumentado la representatividad de las mujeres (salvo en el caso de la hostelería).
Poniendo el foco en el conjunto de sectores intensivamente digitales, la mujer se encuentra menos representada en media en la economía digital que en el total de España (42,7% frente a 46,3%), con un elevado nivel de heterogeneidad entre actividades. El comportamiento de la economía digital durante la COVID-19 es ligeramente mejor que la media de España, sobre todo en las actividades vinculadas a los servicios y con datos previos a la pandemia (INE, 2019), estos sectores representaban más de un 17% del valor añadido bruto de España, y cerca del 17% del empleo total.