BBVA Research calcula que con la subida del 22,3 % del salario mínimo interprofesional (SMI) en 2019 se han dejado de crear unos 45.000 puestos de trabajo en términos netos a lo largo del año, medidos en afiliados a la Seguridad Social.
Durante la presentación del informe 'Situación España', el responsable de Análisis Económico de la entidad, Rafael Doménech, ha explicado que esta cifra supone un impacto sobre la creación de empleo de hasta 4 décimas.
El servicio de estudios ha mantenido el escenario publicado hace tres meses en el que el crecimiento del PIB nacional podría ralentizarse hasta el 1,6% en 2020 desde el 1,9% con el que habría finalizado 2019. Para 2021, la leve mejora del entorno internacional permitiría una moderada aceleración y que el crecimiento regresase a niveles cercanos al 1,9%. De cumplirse este escenario, se crearían alrededor de 600.000 puestos de trabajo durante el bienio 2020-21 y la tasa de paro se situaría en el entorno del 12,5%, en promedio, en 2021.
Para el director de BBVA Research y economista jefe del Grupo BBVA, Jorge Sicilia, "tiene todo el sentido" que el Gobierno se ponga como objetivo que el SMI alcance el 60 % del salario medio, pero ha considerado que debería hacerse de forma gradual y a un ritmo que permita a las empresas asumir las subidas sin poner en riesgo el empleo.
El informe considera limitado este impacto y señala que los registros de 2019 muestran un comportamiento ligeramente menos favorable de la afiliación a la Seguridad Social entre los jóvenes, los ocupados en actividades de servicios que tradicionalmente tienen salarios bajos, como comercio y hostelería, y los residentes en Andalucía, Canarias, Extremadura y Murcia.
Son los colectivos por edad, sector y región con mayor cobertura del SMI, entre los que el número de cotizantes aumentó el 2,8% en 2019, un punto menos que en el promedio de 2017-2018.
El informe destaca que la ralentización del crecimiento del empleo se ha notado en mayor medida en el régimen general, en el que la afiliación habría crecido 7 décimas menos, lo que sugiere que el incremento del SMI podría haber impulsado un flujo de cotizantes hacia el trabajo por cuenta propia desde el empleo asalariado.