El tamaño es relevante para determinar el potencial de crecimiento futuro de las ciudades murcianas, pero no es el único factor. Las estrategias de innovación pueden ser clave para su desarrollo, según el observatorio ‘Tendencias en la urbanización: riesgos y oportunidades’ de BBVA Research. La gestión de la contaminación, la cooperación entre ciudades y la aplicación de tecnologías big data en la actividad urbana, son algunos de algunos de los retos a los que se enfrentan las grandes urbes.
Las ciudades son lugares donde se concentra la población, facilitando la existencia de economías de escala y aglomeración, lo que las convierte en espacios de oportunidad para el desarrollo económico y la mejora del bienestar social. Pero también soportan costes crecientes, cuyas señales más evidentes son la contaminación, la congestión o los elevados precios de la vivienda. Ciudades de un tamaño intermedio, por tanto, pueden llegar a ser más dinámicas o dar lugar a una mejor calidad de vida que las megaciudades.
En este sentido, el estudio de BBVA Research subraya que el tamaño no es el único factor que influye en el desarrollo de las ciudades. El tamaño óptimo de una ciudad puede alterarse a través de múltiples factores, como mejores infraestructuras, una mejor gobernanza, la especialización sectorial, la apertura de la economía, o el mayor tamaño del país y de las empresas.
A estos factores se unen también las nuevas tecnologías, que pueden contribuir a desplazar el límite de crecimiento en ciudades grandes (con una disminución de la congestión), pero también facilitarlo en ciudades de menor tamaño (reduciendo virtualmente las distancias y, por tanto, sus costes asociados.
La concentración urbana favorece las economías de escala, lo que permite un uso más eficiente de los recursos y se refleja en la generación de empleo y de riqueza, y en el consumo y en el gasto de los hogares. El conjunto de las áreas urbanas murcianas está compuesto por Lorca y Cartagena y Murcia con sus áreas de influencia. Ocupan un 30,9% de la superficie total de la comunidad, concentran casi siete de cada diez afiliados a la Seguridad Social (69,3%), seis puntos por debajo de la media nacional (75,4%). En cuanto al conjunto de la población, el 66,3% vive en las áreas urbanas.
Además, las áreas urbanas de Murcia concentran menos riqueza que en el resto del país. La renta per cápita de las grandes áreas urbanas murcianas es de un 105,9% respecto a la media de la comunidad, mientras que en el conjunto de España alcanza un 107,4%.
LA CONCENTRACIÓN URBANA ESPAÑOLA. España se caracteriza por ser un país cuya población se encuentra relativamente concentrada en grandes áreas metropolitanas, y con un proceso de urbanización más avanzado que en Europa. En nuestro país, las áreas urbanas representan un 23% del territorio, concentran más del 60% de la población y producen casi el 70% del PIB.
Las ciudades favorecen el aumento de la actividad, y la concentración que en ellas se produce permite un uso más eficiente de los recursos, ya que reduce los costes de transporte, hace más eficientes las infraestructuras o facilita la transmisión de conocimiento.
Esto facilita que en España también se observe una correlación elevada entre el tamaño de las ciudades y el grado de especialización en sectores de alta tecnología, lo que tiene retornos en los procesos de innovación. Ligado al alto capital humano y a la necesidad de fomentar economías de escala, se produce en las ciudades un mayor despliegue tecnológico y un mayor desarrollo del comercio y la administración electrónicos, en relación a las áreas no urbanas.
Así, Madrid y Barcelona lideran la generación de patentes de alta tecnología per cápita, con más de 10 patentes por millón de habitantes en el promedio 2002-2012. Sin embargo, también destacan algunas áreas caracterizadas por una fuerte vocación industrial, como el País Vasco (en torno a 6 patentes por millón de habitantes).
Sin embargo, el tamaño óptimo de una ciudad puede alterarse a través de múltiples factores: mejores infraestructuras, mejor gobernanza, especialización sectorial, apertura de la economía o el mayor tamaño del país y las empresas.
RETOS PARA LAS CIUDADES. La gobernanza de las ciudades, por tanto, enfrenta diversos retos, en un contexto cambiante, en el que se debe compatibilizar el incremento de la demanda y de la movilidad, con la necesidad de reducir los costes asociados a ellas, el cambio tecnológico y los cambios demográficos. Para ello la cooperación entre ciudades y áreas urbanas aparece como un instrumento útil. Esto puede serlo especialmente para las ciudades pequeñas y medianas que, a través de la formación de redes, pueden formar mercados conjuntos, o encontrar las economías de escala inherentes al tamaño, sin tener que sufrir los costes del mismo.
Para continuar mejorando su renta y bienestar, por tanto, las ciudades deben afrontar estos importantes retos. Algunos de ellos están incluidos en la Estrategia Europa 2020. Además, en España 60 ciudades forman parte del Plan Nacional de Ciudades Inteligentes, cuyo propósito es el de facilitar la transformación de las urbes hacia Ciudades Inteligentes. Las estrategias de innovación de las ciudades murcianas, que no destacan por su tamaño, serán claves a futuro.
Por último, el big data es una oportunidad para mejorar el gobierno y la vida de las ciudades. La existencia de indicadores en tiempo real favorecen la toma de decisiones o la evaluación de las políticas implementadas por las administraciones. Gracias a las nuevas tecnologías las administraciones podrán analizar de manera más certera eventos o políticas concretas.