El CES destaca el empleo y el turismo como impulsores de la economía murciana
Según los Indicadores de Coyuntura Económica y Laboral Junio 2024 del Consejo Económico y Social (CES) de la Región de Murcia, la economía internacional gana dinamismo, lo que conduce a revisiones al alza del PIB. También las de España y la Región de Murcia, favorecidas por la robustez del mercado de trabajo y el turismo, sin olvidar el papel de otros ámbitos de la demanda externa por el lado de los servicios, una inflación más mesurada o la ejecución del Plan de Recuperación.
Economía regional
En el caso específico de la economía murciana, persiste el avance de la demanda interna, sostenida el pasado año sobre todo por el consumo privado y público y ahora además con el repunte de la inversión, a la vez que las exportaciones crecen en volumen, aunque no en valor nominal por el moderado deterioro de los precios. Los sectores productivos tienden a mostrar datos favorables, con signos de mejora en agricultura e industria, impulso en la obra pública y auge de la actividad turística, aunque un peso relativo de esta última inferior al de la rama nacional limita la intensidad de su crecimiento agregado. La AIReF estima una tasa regional de variación del PIB del 2% en términos interanuales en el primer trimestre, cuatro décimas por debajo de la española. Más optimistas son las predicciones más recientes de algunas instituciones especializadas en coyuntura económica regional, que, en algún caso, llegan al 2,5%.
Sector agrario
2024 parece resultar mejor para el sector agrario regional que el año anterior. Aunque no abunda todavía la información disponible, avanza la producción en determinadas variedades agrícolas, aunque permanece casi estable la cárnica, continúan bajando los costes de producción y suben los precios en origen, si bien de forma más suave, mientras que crece el empleo sectorial.
Industria
En la industria, tras un ejercicio precedente caracterizado por la flojedad de la producción, se observa más viveza en estos primeros meses del año, a tenor de lo que revelan indicadores como el clima industrial, el grado de utilización de la capacidad productiva y, sobre todo, el índice de producción industrial, aunque esta reciente mejora aún no se traslada a los indicadores laborales.
Construcción
El sector de la construcción prolonga su trayectoria alcista en el citado periodo si bien los indicadores de coyuntura no denotan tanta fortaleza como en 2023, en particular los de empleo. Prosigue el impulso de la inversión pública, pero la edificación de nuevas viviendas pierde fuelle dentro de números ya habitualmente reducidos. Los costes de producción parecen estabilizarse, circunscribiéndose a los materiales, y despegan los precios de la vivienda, de forma más acentuada en la nueva. La conjunción de unos incrementos notables de precios y unos tipos de interés hipotecarios elevados puede estar detrás del receso en las operaciones de compraventa de viviendas.
Servicios
La evolución de los servicios en los primeros meses de 2024 parece favorable, aunque, dada la heterogeneidad de las ramas que los integran, se encuentran excepciones. La estacionalidad, que en los primeros meses del año se expresa en una menor actividad comercial, no impide que los indicadores laborales arrojen resultados positivos. Los indicadores de actividad productiva señalan una trayectoria ascendente, pero más pausada, si bien no ocurre lo mismo en determinados ámbitos, sobre todo en el transporte en sus diferentes modalidades.
Comercio exterior
Los indicadores de coyuntura relacionados con la demanda interna desprenden una continuidad en el empuje del consumo privado y la mejora de la inversión.
El sector exterior vuelve a la senda alcista en términos de volumen, tanto exportaciones como importaciones, aunque, debido al descenso de precios, declina con levedad su importe en euros corrientes. La enorme volatilidad del componente energético es la causa de la disminución, que evitan, en cambio, las ventas exteriores de bienes no energéticos, en general con una trayectoria más estable y alcista. No obstante, su evolución por grupos de producto denota desviaciones relevantes.
Dentro de las exportaciones agroalimentarias, alargan su crecimiento, aunque menos acelerado, los vegetales en fresco y los alimentos transformados y retornan a él, tras el tropiezo de 2023, los productos animales, mientras prosigue el deterioro de las grasas vegetales.
En el grupo de las no agroalimentarias predominan las caídas, con cierto alcance, entre las de mayor trascendencia monetaria, en manufacturas de piedra, yeso, productos cerámicos y vidrio, calzado, productos químicos y maquinaria y aparatos (estas dos últimas de forma leve), pero resaltan las subidas en plásticos, materias textiles, metales comunes y material de transporte. El pequeño descenso interanual de las exportaciones regionales de mercancías en el primer cuatrimestre de 2024 se localiza, desde una vertiente territorial, en el grupo de países que no forman parte de la Unión Europea.
Precios
El control de la inflación tarda más de lo esperado. En la Región de Murcia, el crecimiento del IPC se acelera medio punto porcentual desde marzo y anota en mayo un 3,8% sobre el mismo mes de 2023, dos décimas más que en España, aunque son valores distantes de los registrados un año antes. La inflación subyacente queda en un 3,3%, frente a un 3% en su equivalente española.
La reorientación impositiva del gas y la electricidad provoca que el grupo de productos con mayor inflación sea Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, al aumentar un 5,9%. Menos vinculada a los impuestos que a la demanda, los precios en Restaurantes y hoteles suben un 5,5%, habiendo sido este grupo el más inflacionista en los tres meses anteriores. Cuando la referencia es el turismo y la hostelería en su conjunto, la tasa se eleva a un 5,9%, presión que claramente ejercen más los servicios de alojamiento (20,4%) que la restauración (4,6%). Alimentos y bebidas no alcohólicas sube un 4,2%, lo que implica una clara moderación sobre momentos precedentes, aunque aceites y grasas siguen desbocados. Pese a que el rebrote de la inflación se manifestó con gran contundencia en 2022, los costes laborales mantuvieron la moderación en las subidas. Es un año después cuando empiezan a crecer con fortaleza, ya por encima de las tasas del IPC, y así persisten en el primer trimestre de 2024. Estimados por trabajador y mes, tanto el coste laboral total como su componente salarial rebasan ligeramente el 5% interanual, alza que es unos cuatro puntos superior calculada por hora efectiva de trabajo.
Deuda
Los últimos datos sobre las cuentas consolidadas regionales no abandonan la tendencia a los saldos negativos. Finalizado abril de 2024, antes de ajustes de contabilidad nacional, computan un déficit no financiero de 537 millones de euros, un −1,31% del PIB regional. Los ingresos de este tipo se cuantifican en casi 1.600 millones, un 3,1% más en términos interanuales. Casi todos estos ingresos son corrientes, con los impuestos indirectos como capítulo más importante, al integrar IVA e impuestos especiales, y las transferencias corrientes incrementándose de forma más dinámica. Los gastos no financieros acumulan 2.135 millones de euros, con lo que el aumento interanual es de un 7,8%. En este bloque, el capítulo de transferencias corrientes, aunque menor en cuantía que el de gastos de personal, se eleva un 9,5%. El déficit en términos de contabilidad nacional, en esta ocasión referido a marzo de 2024, es de 315 millones, un −0,77% del PIB regional, sólo por debajo de Baleares.
La deuda pública sigue creciendo. Asciende a más de 12.300 millones de euros en el primer trimestre de 2024, 850 millones más que un año atrás (217 respecto a diciembre de 2023); representa un 31,4% del PIB de la Región de Murcia, ratio sólo menor que las de Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha.
Empleo
El mercado de trabajo murciano se resiente de la estacionalidad propia de los primeros meses del año pero las cifras mejoran significativamente las del primer trimestre de 2023. Avanza la población activa, relativamente con un alza más vigorosa de la femenina. La población ocupada se estima en 671.700 personas, un 2,8% más en un año. Esta progresión favorece sobre todo a mujeres, trabajadores de entre 45 y 54 años y asalariados, principalmente en el sector público. Por nacionalidad, la española aumenta en términos interanuales más que la extranjera, aunque la progresión intertrimestral de esta es más potente. Repunta la temporalidad, pero su trayectoria continúa siendo descendente, en paralelo a un mayor empleo indefinido, desde la entrada en vigor del Real Decreto-ley 32/2021. También se expande en el último año el empleo a tiempo parcial. La cifra de parados asciende exactamente a 100.000, mientras que la tasa de paro es de un 13%, siete décimas más que la española; ambos valores comportan significadas reducciones en un año. Continúan, atenuados, desequilibrios históricos.
Entre ellos, la brecha entre las tasas de paro femenina y masculina, aquella 3,3 puntos superior, y la dimensión del paro juvenil que, con el umbral en los 24 años, se estima en un 31,1%, unos 18 puntos más que la tasa total. El paro regional de larga duración invierte su camino descendente, todavía con 40.000 personas en esa situación.
El dinamismo del empleo lo corrobora la información estadística de la Seguridad Social, que presenta una sucesión de máximos en la cifra regional de afiliación en alta laboral. En mayo, su promedio es de 668.600. El incremento correspondiente lo sostiene el Régimen General, mientras que el empleo agrario parece salir de un rumbo recesivo y el Régimen Especial de Autónomos se estanca. Desagregando por actividades productivas, elcrecimiento se generaliza, con la excepción de Actividades financieras y de seguros.
La evolución de la actividad productiva en los cuatro primeros meses del año, con el fin de la campaña navideña a su inicio y la estacionalidad agraria más la turística de Semana Santa en los meses posteriores, condiciona la cifra de prestaciones por desempleo, en la antesala de la entrada en vigor en noviembre de un nuevo marco normativo del subsidio por desempleo. El número de perceptores en abril ronda los 56.000, mientras que el promedio anual supera los 60.000. Estos datos implican una suave subida que, a su vez, impulsa la tasa bruta de cobertura por desempleo por el descenso del paro registrado. La evolución es notable sobre todo en el subsidio, por delante de la prestación contributiva. El número de perceptores de la Renta Activa de Inserción permanece estable en torno a 4.000 en el último trienio.
La cifra regional de contratos laborales sigue declinando tras la última reforma laboral pero ya con escasa entidad, lejos de la magnitud alcanzada en el bienio precedente por el efecto del cambio normativo. La senda descendente de la contratación temporal parece frenarse, mientras que la indefinida deja de crecer. Repunta ligeramente, por tanto, la tasa de temporalidad de la contratación, en el entorno del 43% en los últimos meses, pero lejos de los niveles superiores al 90% en los que estaba anclada antes de la citada reforma.
Por otra parte, la normalidad productiva sigue abocando la regulación de empleo a magnitudes de reducido alcance. En cuanto a la conflictividad y su resolución en el ámbito de las relaciones laborales, la tendencia es al alza en la mediación individual, aunque atenuada, y en los asuntos judiciales, mientras que el impacto de las huelgas es casi nulo.
Sube la siniestralidad laboral, tanto en el centro de trabajo como in itinere. La cantidad regional de accidentes graves en los cuatro primeros meses de 2024 es de 30, siete más que en el mismo periodo del año precedente. En cuanto a los mortales, se computan ocho, cuando, en el año precedente, fueron seis. En lo que va de enero a abril de 2024, el índice de incidencia regional se acerca a mil, como en el mismo periodo de 2023, implicando una contracción de un 2,9% sobre el dato equiparable de 2019.