CROEM demanda un nuevo Plan Regional de Infraestructuras de Transporte
La Región de Murcia fue capaz de mantener el pulso durante el periodo estival, y es previsible que la dinámica se extienda al tramo final del año. En este sentido, el crecimiento económico podría rondar el 3%, que muy posiblemente situará a Murcia entre las Comunidades Autónomas con mejores registros, según indica el boletín de coyuntura económica del tercer trimestre de 2024.
No obstante, la coyuntura internacional no invita al optimismo, pues se identifican diversas fuentes de riesgo. Entre las más relevantes, puede citarse en primer lugar las crecientes tensiones geopolíticas, con epicentros en la invasión rusa de Ucrania y en el conflicto en la franja de Gaza. En segundo, la alarmante desaceleración de algunas de las grandes potencias europeas como Alemania o Italia. Son factores que, a medio plazo, podrían acabar incidiendo en la economía regional.
En consecuencia, resultaría conveniente impulsar medidas que contribuyesen a consolidar la resiliencia de la Región de Murcia. Una de las más efectivas sería el desarrollo de un Plan Regional de Infraestructuras de Transporte, pues existe un amplio consenso en el significativo efecto dinamizador que estas tienen sobre la
actividad económica.
El mismo debería, por una parte, contribuir a superar, en un horizonte razonable, parte del atraso histórico que la Región de Murcia acumula en la dotación de estas construcciones. Ello requeriría establecer un cronograma plurianual de actuaciones, fruto del consenso de todas las Administraciones implicadas -central, autonómica, y local-, en el que se definan claramente los compromisos de inversión y el orden de prioridades, dada la imposibilidad de abarcar todas ellas al mismo tiempo. Y, de otra parte, superar las limitaciones que presenta el actual Pacto Regional de Infraestructuras de 2022, que realiza una adecuada identificación de las necesidades, pero adolecía de la concreción necesaria para abordarlas.