CROEM exige la adopción de medidas adicionales para amortiguar el efecto de la inflación
La patronal ve desmedida la subida pese a la reducción de tributos eléctricos y las bonificaciones al consumo de combustible.
La inflación de la Región de Murcia continúa con su senda alcista obteniendo ya tasas de crecimiento de doble dígito. En particular, el IPC alcanzó una tasa de variación interanual del 10,9%, frente al 9,2% de mayo. Esta cifra resulta siete décimas superior a la nacional (10,2%), y es el registro más alto desde septiembre de 1984.
En este sentido, las presiones inflacionistas son prácticamente generalizadas, si bien son tres los grupos que más repercusión tuvieron sobre este repunte, al registrar tasas superiores al 15%.
En primer lugar, Transporte, con una variación anual del 21,7%, 4,6 puntos superior a la de mayo y la más alta desde el inicio de la serie homogénea de este grupo en 2002. El registro de junio sigue muy influido por el encarecimiento de carburantes y combustibles (41,2%, 8,6 puntos más), que no se frena ni siquiera con la bonificación extraordinaria aprobada por el Gobierno.
En segundo término, gastos asociados a Vivienda, cuya tasa anual asciende al 16,6% (0,9 puntos más) condicionada por el rápido ascenso de los precios de electricidad, gas y otros combustibles domésticos (37,2%).
En tercer lugar, otro grupo que incluye bienes de primera necesidad, Alimentos, que se disparan un 15,1%, de nuevo la tasa más alta de la serie homogénea. En el resto de grupos, la dinámica es igualmente alcista, aunque con valores algo más moderados, pues oscilan entre el 8% de Menaje y el 0,3% de Comunicaciones.
En conjunto, nueve de los doce grupos que componen el IPC aumentaron su tasa anual, situándose siete de ellos por encima del 4%, y nueve por encima del 2% (tasa de referencia utilizada por el Banco Central Europeo para el IPC general), en una dinámica circunstancia que se trasladó a la inflación subyacente.
En efecto, si se excluyen del cálculo los elementos más volátiles como alimentos no elaborados y energía, se tiene que la denominada inflación subyacente repuntó siete décimas, hasta el 6,1% - frente al 5,5% nacional- evidenciando un cierto efecto de la segunda ronda en el resto de bienes.
En definitiva, la inflación regional en el mes de junio sigue siendo muy elevada pese a la reducción de tributos eléctricos y las bonificaciones al consumo de combustible. De hecho, las presiones inflacionistas son prácticamente generalizadas, dado que la mayoría de grupos que componen la cesta de la compra (siete de doce) se encarecen ya a ritmos superiores al 4% anual.
En este sentido, el inicial repunte de precios energéticos de mediados del año pasado se está trasladando a un número cada vez mayor de bienes y servicios, lo que genera indeseables efectos de segunda ronda. Ello ha llevado a la inflación a alcanzar máximos de casi 38 años, y a rebasar el 10%, un nivel que exige la adopción de medidas adicionales para amortiguar el efecto sobre los presupuestos familiares.