Qué es un altavoz activo y qué características tiene
Acertar con la compra de unos altavoces es especialmente importante para disfrutar del mejor sonido, tanto en espacios abiertos como en el interior de viviendas o salas de conciertos. Las características del espacio influyen notablemente en la experiencia final del usuario, independientemente de la potencia que el modelo sea capaz de alcanzar o de otras prestaciones de las que puedan hacer gala.
Es preciso que el usuario conozca el conjunto de factores que influye en la elección de un modelo de altavoz para poder disfrutar de la experiencia más contundente e inmersiva, pero son tantas las variables que se antoja fundamental contar con asesoramiento especializado la mayor parte de las veces.
Sin embargo, sí es posible tratar de hacer una distinción básica a la hora de encontrar el modelo de altavoz perfecto. Los altavoces activos y pasivos son dos clases de dispositivos de sonido diferentes. Todos ellos ofrecen una experiencia altamente satisfactoria, pero conviene conocer los motivos por los que realmente existen altavoces activos y pasivos.
¿Qué es exactamente un altavoz activo?
Lejos de las explicaciones grandilocuentes, los expertos de ZocoCity.es, el e-commerce de referencia en la venta de dispositivos de sonido de calidad premium y especializado en altavoces de gama alta, fieles a su estilo y al lenguaje claro y sencillo, sostienen que “la principal diferencia se encuentra en el amplificador: en un altavoz activo, el amplificador está incorporado, mientras que en uno pasivo es necesario recurrir a un amplificador externo”.
Los altavoces activos, también llamados altavoces autoamplificados, están formados por una caja que incorpora en su interior un amplificador y un altavoz. “Esto se traduce en un sonido amplificado automáticamente, siendo el propio altavoz capaz de amplificarlo para reproducirlo después a través del altavoz”, comentan.
“En el caso de los modelos pasivos, los altavoces se limitan a reproducir el sonido que procede de la señal, sin tratarlo de ninguna manera. Eso incluye la amplificación, por lo que, si se quiere editar, es necesario pasar por una mesa de mezclas o por una tarjeta de sonido”, comentan.
Ventajas de utilizar un altavoz activo
Los altavoces activos son percibidos, por motivos obvios, como una solución profesional de sonido todo en uno, aunando altavoz y amplificador para renunciar a la instalación de un dispositivo externo.
Esto, por supuesto, tiene unas ventajas muy atractivas que los expertos en sonido de ZocoCity señalan: “es la mejor opción si se quiere optar por un dispositivo fácil de usar y se pretende ahorrar espacio, ya que lo único que hay que hacer para que el altavoz empiece a emitir sonido amplificado es conectar la fuente de sonido a los altavoces, y controlar la señal desde ellos mismos”.
“Además, lejos de lo que pueda parecer, esa apuesta por la combinación de elementos no repercute negativamente en la calidad de sonido, ya que los modelos premium de altavoces activos permiten disfrutar de un sonido de calidad profesional en todo tipo de entornos y condiciones”, añaden.
Por tanto, es justificable el éxito del que han gozado hasta el momento los altavoces activos, sobre todo si tenemos en cuenta su buen rendimiento manteniendo un nivel más reducido de espacio, un menor cableado y una accesibilidad más elevada.
Otro de los puntos fuertes de los altavoces activos es que son más económicos que los pasivos, aunque este dato tiende a ser algo confuso. “Cuando nos fijamos en el precio de los altavoces, es lógico pensar que los pasivos son una opción más recomendable desde el punto de vista económico por presentar un precio de venta al público más reducido que el de los altavoces activos”, explica el equipo de ZocoCity.
“Sin embargo, teniendo en cuenta que el amplificador ya va integrado en los modelos activos y que un altavoz pasivo requiere de un amplificador externo, suele salir más a cuenta disponer de uno activo, aunque, como siempre ocurre con esta clase de dispositivos, no se trata de una verdad universal y acabará dependiendo, en todo caso, de la gama y de la marca del fabricante de cada modelo”, aseveran.
Y es que, tal y como ellos mismos apuntan, el precio puede variar en función de cuál sea la elección. Si, por ejemplo, el usuario se decantase por un modelo de altavoz Denon, que es una de las marcas mejor valoradas tal y como leemos aquí, el precio podría aumentar, sobre todo si tenemos en cuenta que los amplificadores incorporados en los altavoces activos suelen ser de la propia marca del altavoz.
¿De verdad vale la pena un altavoz activo?
Es la pregunta que se hacen muchos usuarios que no han descubierto las bondades de disponer de un altavoz activo. No obstante, los profesionales del sonido de ZocoCity dejan poco margen para la duda: “un altavoz activo es una excelente adquisición, con unas ventajas muy atractivas que satisfarán las necesidades de los usuarios más exigentes, aunque dependerá de los gustos específicos de cada perfil de consumidor a la hora de hacer la elección final”, apuntan.
No obstante, existen pequeños hándicaps en los que, en una comparación directa, los altavoces pasivos sobresalen en sentido positivo. “Si un usuario específico busca mejorar o, en su defecto, modificar el sonido sin tener que cambiar los altavoces, entonces la mejor opción es optar por un altavoz pasivo, aunque a costa de perder las ventajas en materia de accesibilidad y practicidad de los modelos activos”, apuntan desde ZocoCity.
Además, en cuanto a manejabilidad, si bien la comparación es algo injusta, sí es cierto que los altavoces pasivos son más ligeros. “Esto, no obstante, se debe considerar teniendo en cuenta que un altavoz activo integra en su interior un amplificador, mientras que esta pieza va por separado en un altavoz pasivo”, sentencian.
Por tanto, las ventajas de utilizar un altavoz activo son muy numerosas y permiten disfrutar de un sonido de calidad premium sin necesidad de disponer de dos dispositivos por separado, aunando comodidad y sencillez sin renunciar a la accesibilidad ni al sonido de la más alta calidad.