SECTOR AGROALIMENTARIO

Los productores de frutos secos de la Comunidad se declaran “en una situación agónica”

Imagen de almendros.
La ausencia de lluvias y de soluciones ante la sequía está provocando que las producciones de almendro se encuentren en una situación límite ante las gravísimas pérdidas de cosecha que se esperan esta campaña, lo que se agrava con el incremento de costes productivos.

Las nueve cooperativas de frutos secos integradas en la Federación de Cooperativas Agrarias de Murcia (Fecoam) esperan una campaña muy complicada, declarándose “en una situación agónica, debido a los costes de producción que tienen que afrontar, los cuales se ven influenciados por la reducción del volumen de entrada de almendra, sin repercutirse en un incremento del precio unitario percibido.

Tercer año con pérdidas récord de cosecha de almendra 

La campaña se ha adelantado unos quince días de forma generalizada. La causa reside en la climatología que ha acelerado la maduración de los frutos. Nuestra región ha padecido un invierno cálido, seguido de una primavera seca. Las tormentas acontecidas a primeros de junio dejaron irregulares precipitaciones que llegaron tarde para paliar el problema de merma productiva. Así, julio ha sido un mes muy seco y muy cálido, lo que ha ocasionado un adelanto en el desarrollo de la almendra

La previsión de cosecha regional de almendra de este año se cifraba en junio en 4.200 toneladas de pepita, casi un 21% menos que la campaña 2023-24 que ya fue catastrófica, ya que las altas temperaturas y la alta demanda evaporativa en un suelo seco causó un estrés hídrico que redujo el tamaño de la almendra. Este año, el pronóstico apunta a una buena calidad de almendra, aunque con volúmenes muy reducidos, menores de lo esperado.

La situación de mercado no acompaña 

La bajada de los rendimientos en campo afecta especialmente a las plantaciones de almendra de secano, que representan en nuestra región más del 91% de la superficie total. Así es, que la rentabilidad de las cooperativas se está viendo amenazada, siendo en muchos casos el tercer año que se mantiene esta coyuntura de forma consecutiva

Debemos de resaltar que el tiempo de recolección en una explotación de almendro será el mismo en una campaña de volúmenes normales a otra de grandes mermas productivas; y por tanto, con menos producto se tiene que hacer frente a los mismos costes de recolección, así como a los costes fijos de acondicionado en los almacenes.

Estimamos que la producción comercializable media de este año puede encontrarse en torno a los 130-180 kilogramos de almendra en cáscara por hectárea en el sistema convencional, y entre los 50-130 en ecológico

Según el estudio técnico-económico del cultivo de almendro ecológico en secano realizado en nuestra región, el coste total medio en una explotación de almendra en secano de marco 7x7 en convencional, con una producción media asciende a los 1.300 euros/ha. Esto supone un coste unitario de 5 euros/kg almendra.

Desde Fecoam se trasmite que por el momento las cotizaciones no reflejan un incremento del precio unitario, con el fin de hacer frente al coste efectivo de producción de la campaña 2024. Las cooperativas alertan sobre la circunstancia de riesgo en la que se encuentran, ya que, si se mantienen estos precios se llegarían a vulnerar los artículos 9 y 12 de la Ley de la Cadena Alimentaria.

Ante esta coyuntura, las cooperativistas toman una postura contundente y afirman que su deber es proporcionar un precio de liquidación al socio acorde a la situación; y denuncian ante la Autoridad Competente que se encuentran con grandes dificultades a la hora de garantizar el valor real de su producto. Es por lo que hacen un llamamiento y solicitan la intervención del Observatorio de la Cadena Alimentaria, con el fin de mejorar la eficacia de aplicación de la Ley de la Cadena antes estas prácticas comerciales.

Además, las cooperativas del sector de frutos secos reiteran la necesidad de apoyo por parte de la Administración estatal y regional, de forma que se habilite una línea de ayuda que les permita garantizar su funcionamiento y supervivencia, y cubrir los costes fijos no evitables a los que tienen que hacer frente. Esta medida es imprescindible para la continuidad de la actividad de las centrales que ven comprometida su viabilidad, y que se encuentran en una situación muy desfavorable en comparación con el resto de zonas productoras.