Aquares, el proyecto europeo coordinado por la CARM que confirma la eficacia de combatir la falta de agua con la reutilización
La reutilización del agua de las plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas puede garantizar una fuente de agua segura y predecible, al tiempo que reduce la presión sobre las masas de agua y mejora la capacidad de la Unión Europea para adaptarse al cambio climático. Además, la reutilización después de un tratamiento adecuado prolonga su ciclo de vida, preservando así los recursos hídricos.
Esta es una de las principales conclusiones derivadas de la ejecución del proyecto europeo ‘Aquares’, desarrollado entre el 1 de junio de 2018 y el 31 de mayo de este año, que ha tenido a la Comunidad Autónoma como entidad coordinadora, como refleja un reportaje publicado este verano en la página de Interreg Europe, instrumento de financiación de desarrollo regional europeo impulsor del proyecto.
El ‘Plan Estratégico de Implementación del Partenariado Europeo de Innovación sobre Agua’ de la Comunidad Europea fue creado para promover y apoyar la gestión eficiente del agua en Europa, donde la escasez de este elemento afecta al 11% de su población.
Las regiones europeas tienen una experiencia general bastante limitada con la reutilización del agua, en comparación con los Estados Unidos, por ejemplo. El volumen de agua regenerada indica que, en promedio, solo se utiliza actualmente el 2,5% del potencial teórico de aguas residuales municipales de reutilización. Estas cifras son más altas en las regiones gravemente afectadas por la sequía, alrededor del 12% en Italia y el conjunto de España, hasta el 60% en Malta o incluso el 90% en Chipre.
En mayo de 2020, la Unión Europea publicó el Reglamento de reutilización de agua, que entró en vigor el pasado 26 de junio y establece requisitos mínimos armonizados de calidad para la reutilización segura de aguas residuales urbanas tratadas en riego agrícola, armoniza requisitos mínimos de seguimiento y establece disposiciones de gestión para evaluar y abordar los posibles riesgos para la salud y el medio ambiente.
“En la Región de Murcia, el 98% del agua depurada se pone a disposición de los agricultores. El 35% de esta agua recibe tratamiento secundario y se reutiliza indirectamente, mientras que el 65% recibe tratamiento terciario y se utiliza directamente en las fincas a través de conexiones directas desde el tratamiento de aguas residuales a las instalaciones de riego”, explicó el director general del Agua, José Sandoval.
Las tierras de riego están en peligro debido a la cobertura insuficiente de agua desalada y agua subterránea. “La conexión directa de las plantas de tratamiento de aguas residuales a las instalaciones de riego ayuda a resolver el problema de escasez de agua y crea un suministro estable para el sector agrícola”, agregó Sandoval.
La reutilización del agua ha ganado impulso en la Región durante las dos últimas décadas. Según Sandoval, este hecho ha sido propiciado “por la alta demanda del sector agrícola, un sistema de gobernanza claro y transparente, un sistema de financiación eficiente, así como una planificación y promoción sostenible, convirtiéndonos en líder europeo en esta materia”.
El enfoque actual se pone en controlar el ciclo del agua en la agricultura para obtener tantos recursos alternativos como sea posible. Para ello, el Gobierno regional decidió llevar a cabo la monitorización de la actividad agrícola. El sistema implementado consta de un lisímetro de pesaje en tiempo real, que recolecta y analiza muestras de drenaje a diferentes profundidades, así como 2.000 sondas que miden la humedad del suelo, lo que permite realizar mediciones en fincas individuales.
Dado que se espera que aumente la sequía en muchas regiones de Europa, la reutilización puede proporcionar una fuente de agua estable para la agricultura. El director del Agua fijó como primeros pasos: establecer las reglas y procedimientos sobre cómo acceder a esta fuente; contar con un sistema de gobierno transparente; comenzar con operaciones con requisitos de calidad más bajos; contar con una estrategia de financiación a largo plazo; construir infraestructuras donde las plantas de tratamiento estén conectadas directamente a las instalaciones de riego en las fincas; y priorizar las fuentes de agua más sostenibles sobre las menos sostenibles.