Utilizar agua desalinizada aumenta la huella de carbono de la producción agrícola
El estudio confirma la aportación de los cultivos regados por el trasvase para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
La Cátedra Trasvase y Sostenibilidad José Manuel Claver Valderas, conformada por Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS) y la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), ha presentado este miércoles el estudio del ‘Balance de carbono de las zonas regables del Trasvase Tajo-Segura’, que confirma la aportación de los cultivos regados por el trasvase para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Este estudio estima de forma analítica y objetiva la huella de carbono de los regadíos asociados al trasvase Tajo-Segura, cuantificando su balance de carbono como diferencia entre las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades agrícolas desarrolladas y la remoción de CO2 asociada a los cultivos de la zona regable. El trabajo también analiza el impacto en la huella de carbono de distintos escenarios de sustitución de las aguas del trasvase por agua marina desalinizada.
“Los resultados globales para un escenario sin aportaciones de agua marina desalinizada indican que los regadíos del trasvase Tajo-Segura representan un importante sumidero de carbono, alcanzando una cifra superior a 1,2 millones de toneladas de CO2 al año, lo que equivale a las emisiones anuales generadas por 161.078 personas en nuestro país”, destaca el catedrático Victoriano Martínez.
El catedrático Bernardo Martin explica que los resultados del balance de carbono por cultivos muestran que “cuando no se aplica agua marina desalinizada, los cultivos analizados son sumideros de CO2, siendo en conjunto los cultivos leñosos nueve veces más eficientes que los cultivos hortícolas. Sin embargo, en el hipotético escenario de sustitución total de agua procedente del trasvase por agua marina desalinizada, todos los cultivos hortícolas se convierten en fuente de CO2”, apunta el investigador agrónomo.
“Cuando consideramos un escenario de incorporación de agua marina desalinizada equivalente al actual, la capacidad del regadío como sumidero de CO2 disminuye en más de un 10%, y si consideramos el escenario hipotético de sustitución total del suministro del trasvase por agua desalada, dicha capacidad se vería reducida en más del 40%”, detalla Victoriano Martínez, director de la Cátedra Trasvase y Sostenibilidad.
Este estudio cuantifica por primera vez el papel de los regadíos del trasvase como sumidero de CO2, ya que desde el punto de vista medioambiental desarrollan un importante rol en la lucha contra el cambio climático. La relevancia de este trabajo queda refrendada por su publicación en la prestigiosa revista científica internacional ‘Agronomy’, indexada en las bases de datos más relevantes en la materia, lo que representa un importante aval científico al trabajo realizado.
Los resultados obtenidos para cada cultivo se han extrapolado al conjunto de las zonas regables del trasvase Tajo-Segura, utilizado un Sistema de Información Geográfica y adoptando como unidad territorial de cálculo las Unidades de Demanda Agraria definidas en el Plan Hidrológico de la Demarcación del Segura.
Este trabajo de investigación se ha desarrollado durante los últimos dos años, y ha sido realizado por los catedráticos de la Politécnica de Cartagena Bernardo Martín y Victoriano Martínez, junto a los investigadores Belén Gallego y José Francisco Maestre del grupo ‘Diseño y Gestión en Agricultura de Regadío’ de la UPCT.
Al acto de presentación de esta investigación, realizado en la Cámara de Comercio de Murcia, han asistido, entre otras autoridades, el consejero de Agua, Antonio Luengo; el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Seguro (SCRATS), Lucas Jiménez; la vicerrectora de Investigación, Transferencia y Divulgación, Catalina Egea; el director General del Agua, Sebastián Delgado; y el jefe de la Oficina de Planificación de la Confederación Hidrográfica del Segura, Jesús García.