Davidwine: El murciano que desafió al dragón chino
Hernández se vio obligado a reinventarse en los negocios tras quedarse en la ruina con el estallido de la burbuja inmobiliaria
David Hernández Zapata era un próspero empresario inmobiliario, un hombre que contó con el apoyo de su familia para explorar el negocio inmobiliario en aquellos tiempos en los que el ladrillo marcaba el día a día de la Región de Murcia y de otras comunidades. Pero aquella burbuja explotó, y, como a tantos, pilló desprevenido a Hernández. Como él mismo confiesa, se acostó una noche siendo un empresario de éxito y a la mañana siguiente estaba en la ruina.
Con una capacidad de inversión de apenas "12 o 13.000 euros", pensó qué hacer. Pensó en Estados Unidos, también en otros mercados como Colombia u otros países del sur de América, pero siempre había sentido una atracción especial por China. Acabó en Hong Kong y, una vez allí, en un centro comercial, preguntó a la traductora cuál era el mejor té que vendían, el más caro. En aquel momento, no fue capaz de reconocerlo. "Si yo no entiendo los caracteres chinos, ellos tampoco entenderán los nuestros". En ese momento, entendió la importancia de la imagen para una marca comercia, y pensó en una idea revolucionaria: sus vinos llevarían no solo su marca, sino su cara, y su nombre: era el germen de Davidwine.
De esta manera, apostando por construir marca, nació, una empresa que hoy es una de las grandes empresas españolas en la segunda economía mundial, China; y su creador, en uno de los españoles más influyentes en el gigante asiático: si quiere que su negocio triunfe en ese país, mejor llame a Davidwine. Es tal la fuerza de David Hernández en China, que fue capaz de 'robarle' a Moët & Chandon el patrocinio del prestigioso torneo ATP de tenis. Los ganadores de este torneo ya no descorchan champán francés, sino vino blanco 'made in Jumilla'.
LA EXPERIENCIA. Entre aquella mañana buscando té, y ese jugador de tenis brindando con un Davidwine en lo más alto del podio de la cancha de Shenzen, Hernández ha atesorado una gran experiencia empresarial y vital en China. Todo ello, al menos buena parte, está en el libro 'El murciano que desafió al dragón chino'. Un libro en el que el autor desgrana su historia en un relato honesto y nada autocomplaciente, en el que reconoce sus caídas y sus vueltas a ponerse en pie.
Además, apunta lo que considera que son los 12 principios que le han llevado al éxito en los negocios. Unos principios aplicables no solo a los negocios en China, sino incluso a la vida.
David presentó su libro este martes en la Cámara de Comercio de Murcia. El acto congregó a un centenar de asistentes del mundo empresarial, político y social de dentro y fuera de la Región. La obra se acaba de publicar en este mes de mayo, a cargo de la editorial Conecta, especializada en libros de empresa para profesionales, y ha sido prologada por el director de Comunicación del Museo del Prado, Carlos Chaguaceda.
El acto congregó a lo más granado, incluyendo al vencedor de las recientes elecciones, Diego Conesa, quien acudió acompañado por el delegado del Gobierno, Paco Jiménez, y Alfonso Martínez Baños; y también a una de las personalidades más buscadas tras los comicios, la líder de Cs Isabel Franco, junto con el también diputado electo 'naranja' Alberto Castillo y la dirigente del partido Valle Miguélez.
En la mesa, junto al autor, Miguel López Abad ejerció de anfitrión junto al periodista Melchor Miralles y el editor de Random House, Joan Riambau. Entre los asistentes, el director del Info, Joaquín Gómez, el vicesecretario de la CROEM, Ramón Avilés, el presidente de Timur, Juan Celdrán, el presidente y el secretario de la FREMM, Alfonso Hernández y Andrés Sánchez, el secretario de la Cámara, Daniel Martín, y grandes empresarios como José Martínez Nieto (Marnys) o Tomás Guillén, entre un largo etcétera.
Con su ejemplo, contado en esta publicación, David Hernández se convierte en un referente como emprendedor capaz de sobreponerse a las dificultades, afrontar los desafíos culturales y ver en la internacionalización de su empresa una oportunidad para crecer y crear empleo.
VIVENCIAS. 'El murciano que desafió al dragón chino' recoge el periplo del empresario en estos últimos ocho años en el país asiático y sus 12 principios que le permitieron alcanzar el éxito empresarial en China. Su historia es el testimonio de una persona reemprendedora y luchadora que ha decidido contar su aventura profesional y personal, con sus enseñanzas.
Hernández Zapata aporta en su obra las claves para triunfar en China, un país en donde el 95% de las empresas que van a este país asiático fracasan. Así, el autor comparte qué acciones le han permitido triunfar, cómo hay que entender el mercado chino para adentrarse en el mismo y, además, cómo afrontar la situación a nivel emocional para “volver a recobrar la felicidad y la confianza cuando la has perdido».
CAPACIDADES EMPRENDEDORAS. La publicación cuenta con dos reseñas destacas. La primera de ellas es del presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, para quien el libro “demuestra las verdaderas virtudes del empresario: aceptar el riesgo, pelear con denuedo por el éxito y levantarse con fuerza cuando lleguen los fracasos”.
La segunda es del profesor del IESE, fundador y profesor de la China Europe International Business School (CEIBS) Pedro Nueno, para quien “la lectura de este libro estimula una profunda reflexión sobre el proceso de emprender, la identificación de oportunidades y su transformación en actividad empresarial creadora de valor. Un gran trabajo”.
LOGROS E HITOS. En estos ocho años que lleve en el mercado chino, Davidwine se ha posicionado con marcha de lujo, además de obtener diferentes reconocimientos. Entre ellos, ganó el Premio Phoenix como ‘The Most Outstanding Brand Operation’ por su activa promoción y creación de valor de marca en China.
La empresa de Hernández Zapata también está reconocida como el mejor proveedor de vinos de China, tras conseguir el premio Golden Horse Award. Asimismo, fue la patrocinadora de la ATP de tenis de Shenzhen en 2016.