La importancia de la planificación fiscal en época inflacionista

La planificación fiscal se hace especialmente importante en épocas de inflación alta.

Una buena planificación fiscal es fundamental siempre en los negocios. Ni que decir tiene que si se llevan a cabo operaciones “inusuales” en el ciclo de maduración de una empresa esta importancia crece exponencialmente (reorganizaciones, holdings, operaciones de M&A...). Pero un buen gestor/a de su negocio siempre tendrá dentro de su planificación económica una parte de planificación fiscal. Más si cabe en épocas de inflación alta.

 

La planificación fiscal se hace especialmente importante en épocas de inflación alta

En la nota de prensa del Instituto Nacional de Estadística de Agosto 2022 se pueden leer cosas como: “la tasa de variación anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumenta tres décimas, hasta el 6,4%. Es la tasa más alta desde enero de 1993…”. También en la misma nota de prensa se puede ver cómo nos encontramos actualmente en tasas de doble dígito anuales de variaciones del Índice de Precios al Consumo (IPC).

 

¿Qué es la inflación?

La inflación está definida en la RAE como “Elevación del nivel general de precios”. Esta se puede medir como aproximación por las variaciones del IPC (que no es más que un índice con una cesta de productos). Cuando hay inflación a lo largo del tiempo, el dinero “nominal” va perdiendo “valor”.

 

Inflación y precios

Simplificando mucho, si soy una empresa que con 10.000 euros puedo adquirir 10.000 unidades de materia prima y los precios se incrementan un 10% en un año, al cabo de ese año con los mismos 10.000 euros solo podré adquirir 9.090 unidades. Es decir, mis 10.000 euros “valen menos”.

 

Inflación y deudas

Por el contrario, si tengo que pagar una deuda de 10.000 euros y logro aplazarla en un año, si la liquido al cabo de ese año “solo” me habrá costado el equivalente a 9.090 unidades de mi materia prima en lugar de a las 10.000 que me hubieran costado si la hubiera liquidado hoy.

 

Por tanto, las deudas de cantidades “conocidas” de antemano, en épocas inflacionistas es mejor pagarlas lo más tarde posible.

 

Inflación e impuestos

Atendiendo a los impuestos, los aplazamientos que actualmente se conceden por parte de la agencia tributaria conllevan unos intereses de un 3,75% anual para 2022 (veremos para 2023).

Veamos en el ejemplo anterior de un 10% de inflación anual como afectaría esto:

 

Con una deuda a día de hoy de 10.000 €, esto equivaldría a 10.000 unidades de materias primas. Si aplazo esta deuda con el citado interés del 3,75 % anual, en un año habrá que pagar 10.375 €. Esto, con un 10% de inflación equivaldría a 9.431,82 unidades de materias primas.

 

Por tanto, aunque la cantidad “nominal” a pagar dentro de un año sea superior, en términos “reales” a la empresa en este caso le conviene aplazar la deuda tributaria.

 

Aquí entran en juego factores como:

  • Tipos de interés. Si el interés de una entidad es inferior, podría incluso interesar liquidar la deuda ya y pedir prestado la misma cantidad a devolver a un año.

  • Límites de aplazamientos de la Agencia Tributaria.

  • Garantías exigidas.

  • Expectativas de inflación en el futuro.

Con lo que la planificación puede no resultar sencilla. Pero ello no debería ser un impedimento para tener la inflación en cuenta. No solamente en nuestra política económica y/o financiera sino en la de pago de impuestos.

 

Desde Carrillo Asesores podemos ayudarte a gestionar la inflación. No dudes en contactar con nosotros. Nuestro Departamento Fiscal estará encantado de atenderte.