El Día de la Región de Murcia, el día de todos
A lo largo de la historia, los pueblos han debido enfrentarse a grandes desafíos. Momentos difíciles y comprometidos en los que sólo hay un camino para salir adelante: en los buenos y en los malos momentos, nos tenemos los unos a los otros. Es esa unión la que nos hace saber que somos capaces de todo. Un vínculo que va más allá del pensamiento, de la edad, del género o de las ideologías de cada uno. Actuando juntos, nada es imposible. Los murcianos lo acabamos de demostrar.
Cada 9 de junio celebramos nuestra capacidad de autogobierno. Cada 9 de junio, conmemoramos la aprobación de un Estatuto de Autonomía para reivindicar nuestros valores, nuestra contribución al desarrollo de España, nuestra nación, a la que los murcianos estamos orgullosos de pertenecer. Desde hace casi cuatro décadas, en este día hemos hablado de futuro, de modernidad, de orgullo, de talento y conocimiento, de experiencia, de ilusión, de oportunidades y de impulso.
Pero este año, como resulta tan triste como evidente, la situación es muy distinta. El pasado mes de septiembre vivimos la mayor situación de emergencia por lluvias en 150 años. Una catástrofe natural que no derivó en tragedia humana gracias al trabajo de muchos, de los cuerpos y fuerzas de seguridad, de protección civil, de bomberos y tantos ciudadanos que dieron una lección de solidaridad. Nunca antes toda la Región de Murcia había sido puesta a la vez en la máxima alerta, pero la capacidad de reacción de todos evitó que tuviéramos que lamentar pérdidas irreparables. Al acabar aquella alerta, pensamos que no volveríamos a tener que enfrentarnos a un suceso de tal magnitud. Y como saben, no fue así.
Hubo otras ocasiones en las que demostrar unidad para hacer frente a episodios de lluvia que necesitan del compromiso de todos para evitar que los vecinos de algunos municipios tengan que volver a afrontar daños en sus viviendas, en su vida, en su presente y su futuro. Pienso por supuesto en Los Alcázares, San Javier, San Pedro del Pinatar, Cartagena y también Torre Pacheco.
Debemos ser capaces de sumar todas las capacidades para recuperar un Mar Menor gravemente dañado, y al que las DANAs han asestado un durísimo golpe, a su ya maltrecho estado. Demandar ayuda para ello no puede ser interpretado como una crítica, sino como un grito de auxilio. Exigir que cada uno desarrolle todas las competencias que legalmente le corresponden no es una búsqueda de enfrentamiento, sino el único camino para avanzar y lograr un objetivo que, creo, compartimos todos.
Pedir que haya una financiación justa y sin discriminación, que refuerce la capacidad de las regiones para atender las competencias que tienen transferidas y que parta de un derecho irrenunciable de todos los españoles a ser tratados en igualdad, es una obligación para quienes ostentamos la responsabilidad de gobierno. La Región de Murcia no es un ente aislado, es una región plenamente española. Autónoma para desarrollar unas competencias, limitadas y marcadas por ley, por ese Estatuto cuya existencia conmemoramos hoy.
Conozco perfectamente la enorme capacidad de avanzar de los murcianos, pero también que el éxito sólo es posible si contamos con un apoyo firme y decidido del Gobierno de España. Con independencia de colores o partidos políticos, es nuestro Gobierno, y como tal tiene una exigencia de actuar con lealtad, de tratarnos en igualdad, de cumplir sus competencias, como nosotros debemos hacerlo con las nuestras. Así lo demandamos ya entonces para una recuperación del Mar Menor que ha sido, es y será un orgullo natural de la Región de Murcia. Pero estas alertas climáticas no podían hacernos prever a lo que deberíamos enfrentarnos unos meses más tarde.
El Día de la Región de Murcia de 2020 es muy diferente a cuantos lo precedieron. Por primera vez en la historia se celebra bajo un Estado de Alarma. La pandemia que, desde el pasado mes de diciembre, se ha extendido por todo el mundo nos sitúa en un escenario muy distinto al de años anteriores. Conmemoramos hoy el aniversario de la aprobación de nuestro Estatuto, pero lo hacemos en un tiempo de duelo. Desde hace sesenta y ocho días, la Región de Murcia guarda luto por cuantos han fallecido a consecuencia de la pandemia. Para nosotros no son datos ni números: son padres y madres; en tantos casos abuelos; compañeros de trabajo, parejas o amigos... Debemos recordar sus 150 muertes, pero sobre todo sus 150 vidas; historias zanjadas de forma injusta y en soledad. Sus familias, a las que deseo enviar nuestras condolencias y ánimo, siempre tendrán el apoyo de todos los murcianos.
El estado de alarma ha vuelto a poner también de manifiesto la importante contribución que, en todos los aspectos, realizan nuestras Fuerzas Armadas. Una colaboración que, con toda seguridad, habrían prestado cuatro militares del Ejército del Aire, tres oficiales y una alumna, que perdieron la vida en los últimos meses en tres accidentes aéreos. Vaya para ellos también nuestro recuerdo y todo nuestro aliento para los suyos.
Hemos pasado tiempos de sacrificio, de confinamiento, de incertidumbre y, por qué no decirlo, de miedo. Para todos nosotros las epidemias eran cosa del pasado, y, sin embargo, hemos tenido que afrontar toda la dureza con que la debilidad del hombre vuelve a quedar de manifiesto. Pero también aquí hemos sabido reaccionar a tiempo. Las situaciones graves no admiten indiferencia, sino responsabilidad, actuación y compromiso. Afrontarlas desde la unidad.
La pandemia no ha finalizado aún. Debemos seguir combatiéndola con firmeza en las decisiones y con la máxima prudencia en nuestro comportamiento. Las medidas de seguridad, la distancia, el empleo de elementos de protección que nos han marcado en cada momento los excelentes profesionales sanitarios que han dirigido todas y cada una de las decisiones del Gobierno Regional han servido para contener la pandemia; para salvar vidas. Hoy cumplen además un objetivo también sumamente importante: evitar un retroceso.
Hablar de un rebrote del virus, de un nuevo confinamiento sería hacerlo de una verdadera catástrofe para el empleo presente y futuro de un millón y medio de personas. Significaría también que, de nuevo, pongamos en peligro vidas. Los murcianos somos desde hace siglos ejemplo de tolerancia, de solidaridad, de compromiso, un pueblo trabajador, un ejemplo de superación. Desde el mismo momento en que cerraron las puertas nuestros comercios, nuestros hoteles, nuestros establecimientos, nuestros centros de trabajo, ya estábamos pensando en la reapertura. Anhelábamos una rápida vuelta a la normalidad y nos volcamos en ella.
Hoy tenemos por delante un largo camino que recorrer, un camino que sólo tiene un final posible: el éxito, el de toda una sociedad. No será el mensaje de orgullo, emoción e ilusión que normalmente mando por estas fechas lo que hoy vayan a escuchar. Este año, en esta situación especial, quiero que mi mensaje sea de responsabilidad, prudencia y civismo. El virus todavía sigue en la calle: hay personas ingresadas aún en las UCIs, en los hospitales y aislados en casa. Y ese es el mejor trabajo que se puede hacer por la Región de Murcia en este 9 junio: cumplir estrictamente las medidas de restricción, de protección, de higiene y de seguridad, para no poner en riesgo a nuestros padres, a nuestros hermanos, a nuestros abuelos, a nuestros hijos, a nuestros familiares, ni a nosotros mismos. Para no poner en riesgo a nadie. Para no poner en riesgo a la Región de Murcia. Mientras seamos capaces de mantener nuestro compromiso y nuestra unidad; mientras luchemos por ese futuro que, sin duda, merecemos, tenemos la plena certeza de que lo conseguiremos.
No tenemos miedo a lo que ha de venir, porque somos los que vamos a construir el mañana de nuestra Región. La meta que hoy soñamos es la que nos pertenece, la que no vamos a dejar que nadie nos arrebate. La que, sin duda, merecen nuestros jóvenes, a los que hoy quiero enviar un mensaje de esperanza. Confiad en que juntos lograremos ese futuro por el que ya trabajamos. Tomad ejemplo, además, de aquellos que forjaron nuestro presente.
Nuestros mayores siempre habéis sido un referente, y vuestra contribución ha hecho posible que vivamos en una sociedad mejor.
Vuestro sacrificio estos días ha sido inmenso y, nos toca devolveros ese cariño que habéis demostrado con una admirable responsabilidad. Si existe un grupo de ciudadanos que ha demostrado una valentía sin límites y que ha encarado esta pandemia sin resignarse han sido, sin duda alguna, nuestros mayores. Vosotros siempre habéis sido un ejemplo, y vuestra contribución ha hecho posible que vivamos en una sociedad mejor. Vuestro sacrificio estos días ha sido inmenso y ahora debemos devolveros esa admirable responsabilidad de la que habéis hecho gala. Vuestra experiencia para afrontar la adversidad inesperada ha sido un ejemplo a seguir para todos nosotros. Y no lo olvidaremos nunca. Vuestra sabiduría y serenidad para encarar la soledad y la separación de vuestros seres queridos la hemos compartido todos en la distancia, sufriendo con vosotros esa cruel separación que la enfermedad os impuso.
Por eso estoy convencido de que el mejor homenaje es recordar siempre el espléndido testimonio de fortaleza que nos habéis dado, superando el aislamiento en la esperanza de que pronto os encontraríais con vuestras familias. Así está siendo, al fin. Y espero que pronto, en cada abrazo que les deis a vuestros hijos y nietos, sintáis también el de todos los murcianos. Sois un espejo en el que todos debemos mirarnos. Y, una vez más y como tantas veces a lo largo de vuestras vidas, a los malos tiempos pusisteis esperanza y buena cara. Al infortunio, arrojo. Jamás lo olvidaremos. Es más: jamás podremos olvidarlo.
Mientras otros han puesto en las últimas semanas el acento en la discrepancia, yo quiero hoy animar a los murcianos a buscar el entendimiento. Es el mejor camino para avanzar, y el único en que no dejaremos a nadie atrás. Por primera vez llegamos a un 9 de junio en que la Región de Murcia cuenta con un Gobierno de coalición, demostrando que el consenso es posible, que sumar nos hace más fuertes, que hablando es posible llegar a acuerdos.
Un Gobierno que se construye desde un compromiso firme y transparente y se consolida para hacer mejor la vida de un millón y medio de españoles que tienen la suerte, la gran suerte, de vivir en la mejor tierra del mundo. Ese es el objetivo del que hoy nos sentimos orgullosos de cumplir cada día. Construyendo juntos somos, sin duda, más fuertes que apostando por la división, la separación y el enfrentamiento. Hoy quiero invitar a todos, de nuevo, a dialogar, a demostrar que hay generaciones comprometidas, que creen en el esfuerzo y que no pierden la ilusión en un mañana mejor, el que sin duda merecen.
La Constitución de 1978 dio paso al más extenso período de paz y concordia en la historia de nuestro país. España ganaba libertad en democracia. Impulsaba el diálogo, el esfuerzo de todos, la superación de antiguos enfrentamientos que tanto daño habían hecho. Resucitar esas fracturas ya superadas sólo puede responder a una estrategia indecente e irresponsable; y causa un perjuicio tan alto que ni siquiera quien se aventuró por ese camino es capaz de calcularlo.
Si una epidemia parecía algo olvidado en un pasado que no iba a volver nunca, estos meses deben servirnos para reflexionar sobre la necesidad de conservar también todo aquello que creemos instalado para siempre en nuestras vidas, y la libertad y la democracia están entre esos conceptos. La Constitución fue también el origen de un estado autonómico hecho para la participación, para trabajar juntos. Nacían instituciones al servicio de las personas, que siempre han de ser las protagonistas. Debemos impulsar su libertad, su capacidad de actuar; apoyarlas y no dirigir sus vidas. Personas ejemplares que, en un acto como éste han recibido siempre el reconocimiento de toda la Región de Murcia.
La entrega de los máximos reconocimientos que concede la Comunidad Autónoma, de la medalla de oro, del diploma de servicios distinguidos nos ha permitido cada año demostrarles a muchos de los nuestros el cariño de toda la Región. A lo largo de casi cuatro décadas han recibido este honor eminentes personalidades e instituciones. Y en un año tan duro como el que vivimos, en una situación excepcional como la que estamos ya superando, podemos preguntarnos quiénes son acreedores a este reconocimiento. Y la respuesta es tan sencilla como compleja. Porque son tantos aquellos que han entregado su salud y puesto en riesgo su vida que sería difícil mencionarlos a todos.
Por supuesto que sería justo distinguir con tan alto honor a los profesionales y personal sanitario, quienes han demostrado su valentía y entrega sin límites, sin horarios, poniendo en juego sus propias vidas para salvar las de tantos murcianos. Sería justo, pero olvidaríamos a otros. Por ejemplo, a quienes han abierto día tras día las persianas de sus comercios para proveernos de bienes esenciales, a los hosteleros, a los que han encarado el confinamiento detrás el mostrador de las farmacias, de los estancos, de las pequeñas tiendas de nuestros barrios y bien merecen por ello una medalla.
Como también la han merecido los cuerpos de Policía Nacional y de Policía Local, de Protección Civil, las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil. A ellos les debemos habernos sentido seguros cuando todo a nuestro alrededor parecía detenerse, parecía inseguro e incierto. Y el mismo mérito tienen, sin duda alguna, los medios de comunicación. En muchos casos eran la única ventana hacia el exterior que permanecía abierta en muchos hogares. La única vía para comprender qué sucedía, qué hacer, cómo protegerse. Sería justo reconocerlo pero, de nuevo, nos quedaríamos cortos. ¿Acaso no merecen el mismo reconocimiento los transportistas que han abastecido de productos nuestros supermercados? ¿O los agricultores que, de nuevo desafiando la pandemia, han arrimado sus hombros para seguir haciendo de nuestra tierra la mejor fuente de alimentos?
Creo que todos estamos de acuerdo en estos argumentos porque no es una cuestión de ideas políticas ni otros credos, ni de simpatías o conveniencias: es una cuestión de justicia que todos compartimos. Todos juntos. Ahí reside la clave de que la Región de Murcia haya tenido la menor incidencia del virus de toda España. En apenas dos palabras: Todos juntos. Sin duda es fruto del trabajo y del sacrificio de muchos, de todos. Y nos debemos sentir orgullosos, sin olvidar a quienes hemos perdido en el camino. La razón reside en el empeño que todos los que viven en la Región de Murcia pusieron y ponen en plantarle cara a la pandemia. Con responsabilidad y disciplina. Haciendo bien las cosas. Juntos nos estamos protegiendo y juntos saldremos de ésta.
Los ejemplos de colaboración son numerosos. Gobierno, empresarios y sindicatos logramos cerrar un acuerdo que permitirá la reactivación económica y social e impulsar el empleo. Y, una vez más, lo hicimos juntos. Juntos también con las cooperativas, con la economía social, tan importante en sectores como la educación y la agricultura. Los autónomos, las pymes, los comerciantes, los trabajadores acuciados por un ERTE, las familias murcianas que miran con incertidumbre y recelo al futuro, aquellos que temen no poder afrontar sus préstamos e hipotecas deben de saber que no están solos, que estamos con ellos. Por eso y por otras muchas razones debemos contar con todos, trabajar para todos. Y a todos, también, debemos reconocer.
El día de la Región de Murcia nos pertenece a todos. A las instituciones, sí; pero también a los trabajadores, a los agricultores; a los profesionales. Hoy es el día de los empresarios, de los autónomos y de los estudiantes, de quienes siguen buscando una oportunidad, de hombres y de mujeres por igual, de jóvenes y de mayores, sin diferencia. Todos por igual desde su sitio en la Región de Murcia han ayudado a luchar contra el coronavirus, a lograr que la Región de Murcia sea un ejemplo para toda España y a que el final de esta pesadilla esté un poco más cerca.
Es por ello que, por vez primera en la historia, no concederemos la Medalla de Oro de la Región de Murcia a nadie. Y no adornará la biografía de nadie porque será para todos y cada uno de los habitantes de esta bendita tierra. Para cada uno de aquellos que han afrontado esta tragedia y merecen el más alto honor que podemos otorgar desde el Gobierno Regional que presido. Por vuestra valentía, por vuestra entrega y sacrificio, por vuestra resistencia, por vuestra esperanza en que todos juntos lo superaremos, por hacer que hoy, 9 de junio celebremos el Día de la Región de Murcia. El día de todos.
Gracias por hacerlo posible.