De vuelta al curro

“¿De vuelta al curro, eh?” oigo estos días con un cierto desánimo en conversaciones ajenas.

Pues sí. Ya estamos todos de vuelta al trabajo. Sé que todos soñamos con unas vacaciones tranquilas bajo una palmera pero, ahí van unos trucos para ser más felices en el trabajo:

 

  1. Crea un entorno laboral relajado. El ambiente en el trabajo influye de forma determinante en nuestro estado de ánimo. Es importante crear espacios físicos agradables con instalaciones adecuadas y cómodas para los empleados. Asimismo, hay que procurar que el espacio sea silencioso y eliminar los elementos estresantes. Aparte del entorno físico, los empleados deben sentirse confiados a nivel emocional. Esa es la mejor manera es evitar los conflictos y mantener una comunicación fluida sin dar lugar a malentendidos.
  2. Reconoce los logros de los demás. Una de las formas más eficaces para que un equipo de trabajo esté comprometido, es valorar y premiar la dedicación o los resultados de las personas que forman parte de él. “La palmadita en la espalda” funciona. Cuando reconocemos el esfuerzo de alguien, es muy probable que esté más contento y se esfuerce por mejorar. Cuando este elogio es sincero, se convierte en uno de los métodos más eficaces para aumentar la felicidad y como consecuencia la productividad.
  3. Utiliza el lenguaje adecuado. El ambiente será más agradable si sabemos emplear las palabras apropiadas en cada momento. La forma en la que hablamos sobre nosotros mismos y sobre el entorno, tiene mucha relación con la manera en que vemos las cosas y cómo nos sentimos. A parte de palabras desagradables, es importante evitar ciertas expresiones que en sí ya provocan cierto rechazo por parte de los demás. Una de las más comunes es la palabra “error”. Si en vez de esta, aprovechamos y resaltamos los aprendizajes generados de una situación difícil, será mucho más positivo para el equipo de trabajo.
  4. Dedícate a tu pasión. Si realmente queremos ser felices, debemos plantearnos a qué queremos dedicar nuestra vida. La actividad que escojamos, aparte de satisfactoria, debe tener un sentido significativo para nosotros. Cuando nos dedicamos a aquello que amamos, entramos en estado de “flow” o fluir y el tiempo pasa volando… Trabajar deja de ser una obligación y pasa a ser un deleite. En momentos de crisis, es la única manera de mantener el entusiasmo y las ganas de seguir adelante.
  5. Confía en los demás. Cuando confiamos en los demás ganamos por partida doble. Por un lado, hacemos que las otras personas se sientan apreciadas e importantes aumentado su autoconfianza. Por el otro, se abre la posibilidad de delegar en ellos y descargarnos de trabajo. Esto también es beneficioso para la organización, ya que se dedica más tiempo a plantear nuevos proyectos. Esfuérzate en ser un buen líder y un buen compañero. Un estudio de Dale Carnegie en USA, basado en una encuesta realizada a más de 3.300 empleados en 14 países reveló que el 76% piensa que un líder que elogia honestamente inspira a esforzarse más que un jefe que se enfoca solamente en los resultados.

 

¡Así que ánimo! Que ya estamos de vuelta al “curro”.