Tiempos de escasez

Así, con este título, cualquiera pensaría que tengo la intención de escribir sobre el periodo posterior a una guerra o a una sequía. Pero no. Mi intención es contarles algunas reflexiones tras el periodo de vacaciones.

Las tan ansiadas vacaciones nos aportan un bien del que la sociedad actual va muy escaso: el tiempo. En vacaciones tenemos tiempo para viajar, para leer, para tumbarnos al sol o para estar con los amigos o familiares. Caí en la cuenta que lo que más echamos de menos cuando volvemos a nuestras rutinas es, sobre todo, la falta de tiempo.

 

Porque verán, todo va rápido y todo es para ya. Compras un destornillador en Amazon y, en menos que canta un gallo, ¡zas! aparece en tu casa un señor con un paquete sonriente de cartón. Las compras por e-commerce crecen sin parar porque, en general, no tenemos tiempo de ir a una tienda.

 

Leí acerca de una pequeña start-up ideada por dos mujeres emprendedoras cuya misión es ofrecer un servicio para llegar dónde tú no puedes: lo mismo te van a casa a esperar al técnico de la caldera, que van a la seguridad social a ordenarte algún papeleo pendiente, que te compran un mantel para una cena de última hora.

 

Seguro que en tu ciudad ves a ciclistas y motoristas con un baúl refrigerado que traen y llevan comida de aquí para allá o a los Glovers, con sus cajas amarillas recorriendo la ciudad para llevar un cable de móvil olvidado, comprar unos calcetines o un cepillo de dientes.

 

Esa es nuestra vida actual. Una agenda apretada que a veces nos resulta difícil gestionar. La solución realmente se reduce a cambiar tu percepción del tiempo, lo cual plantea la pregunta: ¿cómo puedo hacer eso?

 

Desde aquí hago un llamamiento de solidaridad a todos aquellos que poco a poco van reincorporándose al ritmo frenético del día a día y les animo a que lean algunos consejos que Dale Carnegie escribió para gestionar el tiempo y conservar una actitud positiva.

 

Os resumo algunos trucos:

  • Haz una lista de tus tareas y de lo que necesitas para realizarlas
  • Establece cuáles de ellas son prioritarias.
  • Evalúa lo importante versus lo urgente. Esto te ayudará a reordenar tu lista y a poner lo prioritario entre los primeros puestos.
  • Elimina las tareas que están en la parte inferior de la lista y que, siendo realista, nunca realizarás. Esto te liberará la mente y te aportará tranquilidad.

 

¡Bienvenidos a septiembre!