China se come el mercado ruso de automóviles

Imagen creada con IA. (AA Consulting)
Los fabricantes de automóviles chinos han acaparado ya más de la mitad de las ventas de nuevos vehículos en Rusia desde que la mayoría de los competidores occidentales abandonaran el país tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.

El fabricante de automóviles chino Chery ha comenzado recientemente a ensamblar vehículos en Rusia para el mercado local, en tres fábricas que anteriormente eran operadas por titanes occidentales como Volkswagen y Mercedes, aglutinando ya el 20% de las ventas de vehículos en el país.

Los fabricantes de automóviles chinos han acaparado ya más de la mitad de las ventas de nuevos vehículos en Rusia desde que la mayoría de los competidores occidentales abandonaran el país tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. Ahora, están ampliando su presencia para hacerse con una mayor parte de la producción nacional de vehículos, lo que supone otro paso más en el acercamiento de Pekín a Moscú en el marco de un cambio de paradigma económico y político mundial.

Además de las importaciones de coches terminados en Rusia, Chery, que representa casi una quinta parte de las ventas de coches en el país, está importando vehículos casi terminados y completando el ensamblaje en tres fábricas rusas, aumentando su inversión directa en el país a la vez que Rusia incrementa los aranceles a los vehículos importados en un esfuerzo por promover la localización industrial.

Tras la decisión de la Unión Europea de establecer aranceles sobre las importaciones de vehículos eléctricos fabricados en China, los fabricados por Chery estarán sujetos a un arancel adicional, lo que lleva al sector a buscar nuevos mercados y aprovechar cualquier oportunidad.

En fábricas que anteriormente pertenecían a Volkswagen, Mercedes-Benz y Nissan, los modelos Tiggo y Exeed de Chery ya están saliendo de la cadena de montaje, bajo la supervisión de los nuevos propietarios rusos.

En la planta de automóviles de San Petersburgo, vendida por Nissan a una empresa estatal rusa a finales de 2022, el Tiggo 7, rebautizado como Xcite X-Cross 7, en 2024 venderá unos 200.000 vehículos.

Tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, se produjo una fuga masiva de empresas occidentales, dejando un vacío que China ha estado ansiosa por llenar. Tal es así que el mercado ruso representó más del 19% de las exportaciones de automóviles de China en agosto, con un valor de 1.600 millones de dólares, según datos de la aduana china. 
Durante 2023, la cuota de coches chinos en el mercado ruso aumentó del 17% al 49% y en los primeros ocho meses de 2024 alcanzó los 9.150 millones de dólares, frente a los 6.800 millones en el mismo período del año anterior, situándose en cifras récord.

En el momento de la invasión, en febrero de 2022, las marcas occidentales representaban el 69% de todas las ventas. Ahora tienen una cuota de mercado de solo el 8,5%, mientras que la participación de los fabricantes chinos en el mismo periodo ha subido del 9% al 57%.

Hasta septiembre de 2024, Rusia fue el mayor destino de exportación de coches fabricados en China, con un volumen que alcanzó los 849.951 vehículos, siendo el 90% con motores de combustión. El segundo destino más grande, México, importó menos de la mitad de esa cifra.

Los datos aduaneros chinos muestran que sus fabricantes exportaron coches a Rusia por valor de 1.800 millones de dólares en septiembre, el mes más reciente para el que hay cifras completas, frente a los 96 millones de dólares en el mismo mes de 2021.

En Alemania, los conductores pueden comprar un BMW X5 30d por unos 95.000 dólares, mientras que los precios para el mismo modelo oscilan entre los 152.000 y los 203.000 dólares en Rusia y un Exeed VX de fabricación china comparable cuesta unos 56.000 dólares.

No obstante, el cambio en el mercado, siendo acaparado por China, también afecta a los fabricantes locales, que lo han tenido difícil para competir en costes, que además se han volcado en desviar recursos al sector militar y que también se han visto afectados para acceder a piezas y tecnologías occidentales.

El mayor fabricante de coches de Rusia, Avtovaz, en septiembre vio su cuota de mercado bajar al 25% tras el auge de las ventas de vehículos chinos.

La relación comercial entre Rusia y China está desequilibrada. China, ya el principal socio comercial del Kremlin antes de la invasión a gran escala de Ucrania en 2022, ahora representa más de la mitad de todas las importaciones de Rusia. Por el contrario, en septiembre, solo el 5% de las importaciones totales de China provenían de Rusia, por lo que habrá que ver a largo plazo cómo se desarrolla y qué consecuencias tiene esa relación de dependencia de Rusia hacia China.