El ensayista Javier Gomá hizo anoche una reflexión, a propósito del Código Deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), –que asume el Colegio de Periodistas de la Región de Murcia–, en la que señaló los propósitos que lo inspiran y apuntó la posibilidad, mediante su cumplimiento, de recuperar el ideal del buen profesional a través de la ética y la ejemplaridad.
El también director de la Fundación Juan March, fue el ponente de la conferencia central del acto conmemorativo del XXV aniversario del Código Deontológico de la FAPE, celebrado ayer en la sede de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, que clausuró el ministro de Justicia, Rafal Catalá, y en el que intervinieron la presidenta de la Federación, Elsa González, y el presidente de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo, Rafael de Mendizábal.
Gomá comenzó su exposición dando una triple enhorabuena a la Federación: porque su Código Deontológico fue temprano, porque persiste después de 25 años y por la decisión de celebrar esta efeméride, lo que pone de manifiesto, dijo, “el deseo de mostrar la honestidad con que a la FAPE le gustaría que la profesión periodística fuera percibida”.
El autor de La tetralogía de la ejemplaridad destacó que el Código Deontológico viene acompañado de un “oportuno” decálogo que, “como los mandamientos de Moisés” se resume en dos principios: “Se trata de ser un buen periodista pero no basta con ello. Además de un buen profesional debe ser un profesional decente, recto, cabal, honesto y digno, siendo, en consecuencia, el propósito fundamental del Código el de dignificar la profesión”. Además, señaló, engloba cuatro grandes principios: El respeto a la verdad, el derecho a la libertad de expresión (en permanente lucha con el derecho a la intimidad y la propia imagen), la presunción de inocencia y la defensa de los más débiles.
Por otra parte, dijo Gomá, aunque el Código es importante para dignificar la profesión también conviene señalar sus límites porque, al final, siempre queda un marco incodificable que puede ser éticamente exigible. “Claro que hay que pedir a los periodistas que actúen con decoro, pero la decencia, como la amistad, no se puede codificar”. El director de la Fundación Juan March pidió a los periodistas autocrítica aunque apuntó que el Código que estos aprobaron en 1993, por el mero hecho de aprobarse, establece un ideal que les sirve de medida exigible, y el que esta norma siga vigente veinticinco años después y lo celebren, demuestra que el periodista español no ha desertado de esa idea, “y eso es muy alentador”.
Javier Gomá también destacó la doble función del periodismo como poder y contrapoder y lo calificó como uno de los instrumentos más enérgicos de que dispone la ciudadanía para luchar contra la autoridad. “El periodismo como contrapoder corre paralelo al poder Judicial. Hay acciones o conductas que, pese a ser legales y lícitas, merecen un reproche social y hay medios no jurídicos de reaccionar; uno de ellos es el derecho de la sociedad a escandalizarse, y ahí actúa el periodismo”.
En su intervención, el ministro de Justicia felicitó a la FAPE y a la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo por 25 años en los que, no sólo han conseguido mantener en firme los valores de la ética profesional, sino que también están logrando la adaptación de esos valores a la nueva era digital.
En este sentido, Catalá recordó que el Código Deontológico se modificó hace ahora un año, en la Asamblea General que la Federación celebró en Mérida. El titular de Justicia también felicitó a la Federación por su implacable labor en defensa del derecho a la información que, dijo, él mismo comprobó cuando tuvo “la osadía” de promover una reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
En su disertación, Rafael Catalá se preguntó si, pasados casi dos siglos de la creación de los primeros códigos deontológicos periodísticos, y con el impacto de la revolución tecnológica que estamos viviendo desde hace unas décadas, esos principios siguen estando vigentes o si estos cambios están poniéndolos en cuestión.
“Ahora los medios son inmediatos, con una trascendencia global extraordinaria, y esa transformación debe traer una reflexión sobre los códigos éticos y sus principios”. Es en este contexto, aseguró, donde surge la idea de la posverdad que calificó como una amenaza para las democracias avanzadas.
Para Catalá, la facilidad con que la información fluye a través de las redes está poniendo a prueba al sistema tradicional del periodismo y de la información. “Ese esquema, ese equilibrio de derechos está intensamente alterado y seguramente requiere una reflexión pausada desde los códigos éticos y también desde el marco legislativo”, afirmó.
Por su parte, la presidenta de la FAPE, Elsa González, explicó que el Código Deontológico reconoce la dimensión ética del periodismo y profesionaliza y eleva su actividad. “Hoy, más que nunca, el periodismo es imprescindible para sostener y fortalecer la democracia, pero cumple su función si se ejerce con ética, sólo así tiene sentido y legitimidad social”, explicó. Por eso, afirmó, el Código es el patrimonio moral de una profesión que es clave en el futuro de la democracia.
González recordó que el Código de la FAPE es el de 49 asociaciones federadas, 19 vinculadas y seis colegios profesionales, entre los que se encuentra el de Murcia y dio la enhorabuena a los miembros de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo, órgano encargado de velar por su cumplimiento. Además, destacó el trabajo responsable y la implicación con la ética periodística de los patronos de la Fundación, entre los que se encuentra el Colegio de Periodistas de la Región de Murcia, que ampara a esa Comisión y de los más de cincuenta medios de comunicación que se han adherido a ella.
La presidenta de la FAPE hizo también un llamamiento a las universidades para que insistan en la formación ética y recordó el empeño de la Federación en conseguir que se implante la materia de Comunicación en la ESO.
Durante el acto, actuó como maestro de ceremonias el presidente de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo, Rafael de Mendizábal, quien tuvo un recuerdo para los fundadores y antiguos miembros de ese órgano deontológico, entre los que citó a Antonio Fontán, Fernando González Urbaneja y Manuel Núñez Encabo.
Mendizábal explicó el funcionamiento de la Comisión que preside y que vela por el cumplimiento del Código Deontológico de la FAPE, un órgano de autorregulación que no sanciona, cuya reprobación es moral y que ya ha emitido cerca de 150 resoluciones.
Al acto conmemorativo del XXV aniversario del Código Deontológico de la FAPE acudieron numerosas personalidades del mundo de la Judicatura y el Periodismo. Entre ellas, la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega, la ex fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, o los patronos de la Fundación de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo Dolores Gallardo, también presidenta de la Asociación de la Prensa de Cantabria, y Juan Antonio de Heras, que es decano del Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia.