El Banco Central Europeo (BCE) ha bajado este jueves el tipo oficial de referencia en 25 puntos básicos, hasta situarlo en el 2,75%, con lo que cumple las previsiones de los analistas al firmar el cuarto recorte consecutivo del precio oficial del dinero y el primero de 2025.
El Consejo de Gobierno del BCE, reunido por primera vez este año, también ha rebajado las operaciones principales de financiación (OPF) -las inyecciones semanales de dinero- y la facilidad de crédito -la que presta a los bancos a un día-, hasta el 2,9 y el 3,15%, respectivamente.
En su comunicado, el BCE explica que su decisión responde a la evolución de la inflación y la inflación subyacente, así como a la intensidad de la transmisión de la política monetaria.
La inflación, explica, evoluciona conforme a lo previsto, lo que permite al Banco confiar en que se situará en el objetivo del 2% a medio plazo a lo largo de este año, gracias a la moderación de los salarios y a que los beneficios están amortiguando en parte el impacto sobre los precios.
Al mismo tiempo, resalta que, aunque todavía se mantiene una política monetaria restrictiva, las sucesivas bajadas de los tipos de interés "están abaratando gradualmente los créditos nuevos para las empresas y los hogares".
Así, esta combinación de "desaparición gradual" de los efectos de la política monetaria restrictiva y recuperación de las rentas reales "debería, con el tiempo, respaldar una recuperación de la demanda", a pesar de los factores adversos que persisten en la economía europea.
Las futuras decisiones sobre los tipos, apunta el comunicado del BCE, dependerán de los datos y se adoptarán en cada reunión "para determinar la orientación apropiada de la política monetaria", sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta. El BCE ha tomado esta decisión después de que la inflación de la Eurozona subiera dos décimas en diciembre del pasado año, hasta el 2,4%, con la inflación subyacente -que excluye los elementos más volátiles, la energía y los alimentos- estable en el 2,7%.
Más allá de la inflación, que evoluciona en línea con las previsiones del BCE, persiste la debilidad de la economía europea, que, según ha confirmado este jueves la Comisión, creció un 0,7% en 2024, lastrada por Alemania y Francia, que se contrajeron un 0,2% y un 0,1%, respectivamente.